Volvemos a la Barcelona de los oscuros años cuarenta del siglo pasado, época sumida en la miseria propia de una posguerra donde todo es en blanco y negro, con matices en gris. Se rememora ese tiempo desde la mirada de unos adolescentes que, por una desgraciada casualidad, se encuentran muchos años más tarde ante un cadáver conocido. Nos acercaremos a través de la película Si te dicen que caí, de Vicente Aranda. Basada en la novela del mismo título de Juan Marsé. A pesar de la capacidad de Aranda por insuflar aventura a otras historias como la anterior de El Lute o la que le siguió, Amantes, con esta no consigue hacer una gran película de una preciosa novela, aunque permita acercarse con dignidad a la trama y a las cuitas de los personajes, sumidos en las dramáticas sombras de ese tiempo.
SI TE DICEN QUE CAÍ DE VICENTE ARANDA. BASADA EN LA NOVELA HOMÓNIMA DE JUAN MARSÉ
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País: España
Año: 1989
Duración: 120 min.
Dirección: Vicente Aranda
Guion: Vicente
Aranda (Novela: Juan Marsé)
Música: José Nieto
Fotografía: Juan Amorós
Interpretación: Victoria Abril, Jorge Sanz, Antonio Banderas, Javier Gurruchaga, Guillermo Montesinos, Juan Diego Botto, María Botto, Lluis Homar, Aitor Merino
Producción: Ideas
y producciones Cinematográficas
Premios: 1990: 1 Goya: Mejor actor (Jorge
Sanz). 7 nominaciones
Género: Drama
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La película empieza el año 1970. En la sala de autopsias de un hospital, Sor Paulina y Nito reconocen los cadáveres de dos antiguos compañeros de la infancia: Java y Juanita. Ante sus cuerpos afloran los recuerdos que se remontan a 1940, en la calle Verdi y sus alrededores, en el barrio de Gracia, en una Barcelona destruida y desolada por la guerra y donde los niños, a falta de juguetes, se entretenían explicando cuentos "Aventis" en los que conjugaban lo que sabían con lo que imaginaban, mezclando la ficción con la realidad.
Comentario
Si te dicen que caí[1] es la segunda de las tres novelas de Juan Marsé que Vicente Aranda llevó a la pantalla, fue rodada en 1988, casi 10 años después de La muchacha de las bragas de oro (1979), que fue la primera. Aunque fue en 1993, con motivo del estreno de El amante bilingüe, cuando Aranda[2] declaró que todo lo escrito por Marsé le interesaba por ser un autor que trata sobre su ciudad -Barcelona- y su generación -la de los adolescentes de la posguerra que Si te dicen que caí, nos presenta-.
Considerado uno de los realizadores más dotados para la adaptación de obras literarias, Aranda no duda en manifestar: «Desde el mismo momento en que empiezo a trabajar en un guión, me desentiendo de que sea un producto acabado, una novela importante, bien escrita. Para mí, es un material en bruto que sirve para hacer una película. De ahí, la forma de reestructurar algunos fragmentos, la reducción de otros y demás licencias que el cineasta se tomó al a trasladar a la pantalla las "aventis" de Java y sus compañeros.
Aunque Aranda desdibuja el ambiente de la ciudad de esos años y se centra sobre todo en los elementos impactantes o truculentos «Le sobra sadismo y le falta ternura», según opinión del propio autor. Es adecuada la actuación de los niños, la de Sarnita-Ñito, sobre todo el primero interpretado por Juan Diego Botto; el Amén, Alberto Baró, el Tetas;buena interpretación la de unos jovencísimos Jorge Sanz como Daniel Javaloyas y Victoria Abril en el triple papel de Ramona-Menchu-Aurora Nin, con situaciones eróticas de gran crudeza, sobre todo las de Ramona -que son las mejores actuaciones, capaces de hacer llegar al espectador, de hacer entender y comprender, las duras situaciones por las que pasaron esa y muchas otras mujeres en esos años para sobrevivir. Actuaciones, muchas, ante los ojos de Conrado, muy acertado en su papel repulsivo, Javier Gurruchaga. Hermoso comenta que al novelista le desagradó que Victoria Abril llegara al rodaje de la película embarazada de seis meses: «Aunque esto era motivo de recesión del contrato, Aranda decidió seguir adelante con el rodaje, y el resultado fue que las escenas eróticas con Victoria Abril resultaron brutales» Como actor secundario está el idealista Marcos representado por un joven y cándido Antonio Banderas, o la de los maquis. El vestuario corrobora a la credibilidad del relato. Los niños con el pelo, la cara o los vestidos andrajosos que corresponden a los golfillos que representan, o los adultos, con vestidos roídos, gastados o de lujo, también de acuerdo a lo que la imaginación y la historia dicta de esa época y situación. Se ha de decir, sin embargo, que el sonido directo, unido a los defectos de vocalización, dificulta la comprensión de los diálogos, en los que algunas palabras no se entienden. Contribuye a ello, los ruidos ambientales, que no han sido suficientemente controlados y produce mayor sensación de incomodidad auditiva. La música de José Nieto adecuada, acompaña sin molestar.
Caricatura J. Marsé con lagartijas, de LPO |
La novela
La novela describe la existencia de unas personas en un contingente espacio-temporal concreto. Confluyen distintos sectores de la vida ciudadana: Los golfillos de la calle Verdi, Fueguiña, Menchu, Juanita y otras niñas huérfanas de los perdedores de la guerra -alojadas en el orfanato de las Ánimas-, el sector derechista, los «maquis» o guerrilleros urbanos, algunos militantes políticos de la resistencia, etc.Todos actúan ante la mirada indiscreta e imaginativa de Sarnita. Actuación que él irá explicando y reconstruyendo, a modo de juego por medio de las aventis, a sus compañeros de calle, al mismo tiempo que informa de lo ocurrido al propio lector. Es una historia en la que todos los participantes son víctimas de una situación que, de momento, no tiene visos de esperanza.
Juan Marsé entre el grupo de chicos. |
El relato del
pasado pretende ser un reflejo de la memoria colectiva. El autor muestra que, si
las circunstancias cambian, los hechos que hubieran ocurrido, por duros que
fueran, dejarían de tener la fuerza sentida cuando se vivían e, incluso, se olvidan.
La novela se inicia y termina en el año 1969-70, y en ese presente, Ñito y Sor
Paulina evocan, ante el compañero de juegos infantiles, ahora sin vida, el
pasado sórdido y lejano del tiempo de la posguerra. Entre el presente y el
pasado, dentro del tiempo novelado, se ha producido un sustancial cambio en
las posibilidades sociales. Java había conseguido salir de la pobreza anterior.
Era joyero, se había casado y tenía descendencia. Su vida gozaba de una cierta
holgura material: Su cadáver llevaba joyas, su mujer e hijos iban bien
vestidos, tenía una bonita casa y un automóvil Simca 1200 en una versión de
lujo. Signos evidentes, luego confirmados, de haber traspasado la puerta de la
clase media. El éxito le pasa una factura excesiva, puesto que el ansia consumista en el que se inscribe y el afán de
velocidad como una muestra de poder, le ocasionan la muerte por un desgraciado accidente en las costas de Garraf, a
la vuelta del descanso de un fin de semana, posiblemente en su segunda
vivienda.
El autor
entremezcla realidad y ficción por medio de las aventis, intercaladas en las conversaciones reales, como una forma de
juego y como la manera de hacernos llegar la historia. La
técnica tiene forma cinematográfica, con historias dentro de otras historias, en la que se insertan los personajes y las manipulan.
En la época dura en la viven, lo que más desean es conocer historias ajenas y las mejores, son las “pelis” En algún momento, un personaje le dice a Sarnita: Que bien inventas… es igual que una peli[6]. Por ello, y como en otras novelas de Marsé, el cine y las salas cinematográficas tienen un lugar importante en la acción de la historia haciendo un repaso de muchos de los que había en la Barcelona en aquella época. Lo que, ya en el siglo XXI, se convierte en un homenaje al cine y al valor que tuvo para unas gentes carentes de cualquier diversión. El cine Roxy, en Gracia (Gràcia), se elige como lugar en el que los maquis cometen un atentado en el que muere un policía. Para conseguirlo, diseminan unas octavillas subversivas a la puerta de la sala, y en medio del tumulto que provoca algo tan insólito, se produce la explosión. También se elige el barrio del Paralelo (Paral·lel), en un cine que no nombra, junto al teatro Cómico, para establecer contacto entre los maquis, en un momento de máxima concurrencia de público. Palau, también maqui, comete un robo en los lavabos del cine Kursaal, para su subsistencia y la del grupo.
“-Tú
vas vestida de hombre, con la túnica y el cinturón de oro de San Miguel, con la
capa, la espada y el casco. Pero figura que eres una chica, ¿entiendes?, quiero
decir que eres una chica de verdad pero te haces pasar por hombre. Y nosotros
no lo sabemos.
-Y
éste lucha contigo y os caéis al suelo, pierdes el casco y se te ven los
cabellos largos de chica, así, mira, como en La Corona de Hierro.
-¿La has visto?
-No.
-Bueno, es igual. ¿Y Suez, la has
visto?
“Un
fulano va por la calle y le cae de un balcón una braga en
la cabeza, luego otra braga y otra y otra hasta que tantas bragas lo matan,
¿cómo se llama la peli, Susana? Bragada
criminal”[8].
Los golfillos
de la calle Verdi sueñan con el
cine, pero cuesta dinero y tienen que ingeniárselas para poder entrar
sin pagar. Intentan granjearse la amistad del portero, del acomodador, de la fregona –
la madre de Sarnita “friega el cine
Rovira y a veces le dan entradas gratis”[9]- o,
simplemente, sorteando la vigilancia del que está a la entrada.
Los cines son un lugar de encuentro discreto; amparados por la oscuridad, permiten comunicarse, informarse, conspirar entre personas perseguidas, que viven ocultas, cuya libertad e incluso integridad física peligra si son vistas a la luz del día. En ese entorno oscuro de la sala de proyección, todo tiene cabida, también "las pajilleras", prostitutas de escasas pretensiones, que se acomodan en las últimas filas del gallinero del Bosque, del Roxy o del Delicias y, con su higiénico trabajo, consiguen unas pesetillas para matar el hambre, al tiempo que el cliente se deleita y se excita con el visionado de una película.
Los temas
Los cines son un lugar de encuentro discreto; amparados por la oscuridad, permiten comunicarse, informarse, conspirar entre personas perseguidas, que viven ocultas, cuya libertad e incluso integridad física peligra si son vistas a la luz del día. En ese entorno oscuro de la sala de proyección, todo tiene cabida, también "las pajilleras", prostitutas de escasas pretensiones, que se acomodan en las últimas filas del gallinero del Bosque, del Roxy o del Delicias y, con su higiénico trabajo, consiguen unas pesetillas para matar el hambre, al tiempo que el cliente se deleita y se excita con el visionado de una película.
Los temas
Agustí Centelles. Niños jugando a ser mayores, Barcelona, 1936. |
Fotografía de Català Roca |
Los adultos que aparecen en la novela son padres, abuelas, profesores,
vecinos, prostitutas, falangistas y triunfantes fascistas paseando como pavos reales y exhibiendo su poder. Las personas mayores son presentadas y descritas por un
joven narrador- testigo, inmerso en la
historia y ligado afectivamente a quien muestra, define y juzga. En general,
aunque estén muy cerca de ellos, influyen poco en sus vidas. El narrador transmite al lector detalles de los adultos que les rodean, de la
abuela y el hermano de Java, de las religiosas y asistentas de la casa de familia, de catequistas, maquis, ex-militares, policía, etc. Todos son mostrados con cierto
distanciamiento y sin que los chicos comprendan bien su actuación. Tal
y como suele suceder cuando los jóvenes enjuician a sus mayores, muestran su
personalidad desde una visión subjetiva y probablemente distorsionada, para ser mitificados o para resaltar lo negativo que observan, por haber
padecido a causa de sus debilidades, por sus defectos o ideología.
Los maquis -rojos perdedores de la guerra- se entremezclan en la historia, con una vida propia. Malviven agazapados y escondidos por los peligros que les acechan, dado que son perseguidos incansablemente por una policía despiadada y pueden ser denunciados por cualquiera, y en cualquier momento, porque los enemigos están en todas las partes y abundan los revanchismos por viejas rencillas que no necesariamente tienen que ver con enfrentamientos ideológicos o con la contienda anterior.
Los maquis son idealistas que no creen que pueda durar la Dictadura de Franco recientemente instaurada. Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial ellos tenían, y muchos más, la esperanza de que, desde Europa, se iba a impulsar un cambio hacia la democracia. A partir de ese momento, en 1945, la situación de los perdedores empeora sustancialmente, porque la posibilidad del cambio se alejaba cada vez más y cundía un desánimo total .
El espacio y el tiempo
El relato está situado en un espacio urbano: Barcelona, años 40. Se produce una interacción entre los interiores y exteriores presentados, dentro de una geografía de la ciudad aparentemente real.La novela incluye una enumeración exhaustiva de calles, plazas y barrios con su nombre;se ubican cines, colegios, iglesias, etc., que tienen algunas descripciones muy detalladas. El espacio inserto es doble, uno interior con el merodeo y traslado de los personajes por diversas estancias y otro exterior, itinerante por calles y plazas.
El relato está situado en un espacio urbano: Barcelona, años 40. Se produce una interacción entre los interiores y exteriores presentados, dentro de una geografía de la ciudad aparentemente real.La novela incluye una enumeración exhaustiva de calles, plazas y barrios con su nombre;se ubican cines, colegios, iglesias, etc., que tienen algunas descripciones muy detalladas. El espacio inserto es doble, uno interior con el merodeo y traslado de los personajes por diversas estancias y otro exterior, itinerante por calles y plazas.
"A partir de ahora,
chavales, el peligro acechará en todas partes y en ninguna; la amenaza será
constante e invisible" (Pág. 16)
La ciudad y el país entero se había convertido en un gran correccional en el que cualquiera podía ser un enemigo:
"Aquí todo son denuncias y
chivatazos, ahora, redadas y registros. Qué tiene de raro. El padre de fulano
ha resultado ser un rojo, te dicen de pronto, y mengano, ¿no lo sabías? pues
todo lo que tiene en casa es robado, o bien: ¿sabes la noticia? la hermana
mayor de tal se ha metido a puta, o el tío de cual lleva dos años escondido
dentro de una barrica de vino, hace crucigramas y le dan comida por un
agujero..." (pág. 75)
museoposguerra.com |
“-Vamos a ver -dijo Sarnita volviendo junto a ella -. ¿Quién de vosotros ha
estado en Las Ánimas, aparte de Amén y el Tetas?
-Yo fui una vez -dijo Mingo.
-Nada.
Beatas y gorigori.
-Tú qué sabes -dijo el Tetas-. Tienen mesas de ping-pong y equipo de
fútbol, con un balón de reglamento, y botas y camisetas y todo. Y además hacen
funciones de teatro.
-Sí, pero a cambio te hacen tragar hostias y pasar el rosario todo el puto
día -insistió Mingo-. Y te enseñan el catecismo, esas beatorras.
-Son muy buenas -dijo Juanita-. Pregúntale a Amén, que es monaguillo. Y dan merienda...” (Pág. 27)
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-¿Trabajáis?
-¡Que si trabajamos! Coser, bordar, lavar y planchar y fregar.
Casi nada. Todo el santo día. Y fabricamos flores de papel, esas que adornan
las calles para el baile. Y también hacemos encaje de bolillos, y la Biblia en pasta,
hijo. Otras tienen más suerte y trabajan fuera, de criadas o de asistentas,
como la Fueguiña. Lolita va a una academia de corte y confección...”(Pág. 29)
El tiempo del relato parte de un presente, situado hacia los años 1969-70, como excusa para presentar, en Flashback, la adolescencia de unos jóvenes de los años cuarenta y su contexto social en el momento de despertar a la consciencia de generación adulta.
El tiempo recordado tiene la función de presentar objetivamente el horror de esa época y lo que supuso para esos adolescentes y sus familias, desde un punto de vista subjetivo y la marca de esa generación, hijos de perdedores de la guerra de clase trabajadora y con escasos recursos. Es una generación víctima y presa fácil del entorno adulto, que tampoco tuvo una situación fácil, y que para sobrevivir, con frecuencia tuvo que recurrir a acciones repudiables.Conductas seguidas con agresiones difícilmente olvidables, porque carecían de cualquier sentido común y de toda legitimidad ética.
El tiempo del relato parte de un presente, situado hacia los años 1969-70, como excusa para presentar, en Flashback, la adolescencia de unos jóvenes de los años cuarenta y su contexto social en el momento de despertar a la consciencia de generación adulta.
El tiempo recordado tiene la función de presentar objetivamente el horror de esa época y lo que supuso para esos adolescentes y sus familias, desde un punto de vista subjetivo y la marca de esa generación, hijos de perdedores de la guerra de clase trabajadora y con escasos recursos. Es una generación víctima y presa fácil del entorno adulto, que tampoco tuvo una situación fácil, y que para sobrevivir, con frecuencia tuvo que recurrir a acciones repudiables.Conductas seguidas con agresiones difícilmente olvidables, porque carecían de cualquier sentido común y de toda legitimidad ética.
Estructura formal
- Hay narradores múltiples con alternancia entre la primera y la tercera persona.
- El autor narrador interviene en tercera persona mezclados con los narradores personajes.
- Hay una distancia mínima entre el narrador que participa de la acción y su propia acción.
- Se incluye truculencia en la narración de los hechos para mostrar la gravedad de la situación presentada, sin paliativos.
- Los personajes no son juzgados. El lector es quien puede tomar partido.
- Faltan elementos de precisión para identificar fácilmente a cada uno de los narradores, porque tienen varios nombres que se alternan y han de asociarse, para saber que quién se trata, en una primera lectura.
- Faltan indicadores para precisar los cambios en el tiempo narrado.
- Los saltos al pasado se simultanean con la narración del presente.
- A pesar de la multiplicidad de datos proporcionados por la polifonía de los narradores, todos tienen un rasgo común, informan al lector, bajo el punto de vista de un adolescente. Son recuerdos liofilizados que el autor valora por lo que las situaciones vividas significaron, en sí mismas, para cada uno.
- Esto implica que se viva con miedo, con recelo y con rencor y por tanto, en una permanente falsedad compartida por casi todos. Dice el Tetas ante una detención por la policía en la calle:
- "¿Qué si me apunto para ser flecha? Ya me gustaría, ya, pero mi padre no me deja. Manobra. Solo que está con malauva, pero rojo no fue, palabra, si hasta llevó como usted la araña en la solapa porque dice que es mejor para encontrar faena, ahora quiere sacarse el carnet de nacionalsindicalista..." (pág. 208)
Puede verse la película completa en FlixOlé
- Si antes no se ha tenido en cuenta, se recomienda conocer al novelista Juan Marsé, su
biografía y su obra literaria. También
a Vicente Aranda y su cine. ¿Qué
tiene en común en su biografía?
- La lectura de la novela Si te dicen que
caí puede ser atractiva para jóvenes de Bachillerato
o estudiantes adultos de Español como Lengua Extranjera de un nivel
avanzado, porque pueden entender cómo sienten los personajes y
valorar sus comportamientos -todas las posguerras pueden ser parecidas-. Después del acercamiento a la obra literaria, se verá la película con otra mirada y permitirá entender mejor los temas
tratados en el film y el comportamiento de los personajes que difieren, en ciertos aspectos.
- Es importante hacer una aproximación a La Guerra Civil Española, su duración, las características y las consecuencias; a lo que significaron esos primeros años de posguerra, en la que se perseguía cualquier disidencia. Seguramente, se podrán entender mejor las informaciones y opiniones relacionadas con la preservación de la memoria histórica
impulsada por un gran número de descendientes de los perdedores de entonces.
- Es una buena ocasión para
ubicar la ciudad de Barcelona en el mapa. Abundan sus imágenes en la web. También en la película hay una representación de los
espacios en los que se centra la historia.
- Acercamiento al barrio de
Gracia. Se puede seguir un itinerario por las calles que, aunque hayan
variado, mantiene la misma estructura y nombres, actualmente
en catalán.
- Las actividades relacionadas
con Si te dicen que caí son
parecidas a las que se sugieren en El embrujo de Shanghai, también en este blog por lo que,
si se considera oportuno, se puede
recurrir a algunas de ellas.
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[1] Si te dicen que caí, (En catalán el título fue "Aventis") (1989)[7] Director: Vicente Aranda; Intérpretes: Victoria Abril, Jorge Sanz, Antonio Banderas, Javier Gurruchaga, Guillermo Montesinos, Ferrán Rañé, Lluís Homar, Maria Botto;Guión: Vicente Aranda. Director de fotografía: Joan Amorós; Director de arte: Josep Rosell; Música: José Nieto; Montaje: Teresa Font. Productor: Enrique Viciano; Producción: IPC. España.
[5] Además de José Revueltas, Miguel Otero
Silva y Angel María de Lera (Rafael Conte El
realismo proscrito: J. Marsé