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miércoles, 5 de noviembre de 2014

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL: LA TREGUA DE NAVIDAD. "JOEUX NOËL"



El conflicto bélico conocido como la Primera Guerra Mundial empezó de forma localizada entre Austria-Hungría y Serbia por el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del trono austro-húngaro, en Sarajevo, el 28 de junio de 1914 causado por el nacionalista serbio Gavrilo Princip.
Imagen del magnicidio producido por Gavrilo Princip, con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914. 
Fue el detonante para un enfrentamiento armado a escala europea; el imperio austro-húngaro declaró la guerra a Rusia el día 1 de agosto de 1914 y pasó a ser una contienda en la que participaron 32 estados; 28 eran potencias asociadas: Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos; lucharon contra la coalición de los Imperios Centrales de Alemania, Austria-Hungría, el Imperio Otomano y Bulgaria. La confrontación armada duró más de cuatro años. La "Gran Guerra", como se llamó originalmente implicó a la población de los estados contendientes y a la de sus colonias respectivas. Supuso, también, la introducción del concepto bélico moderno, el uso de armamento muy innovador técnicamente y terrorífico en sus consecuencias, como la ametralladora, el tanque o los bombardeos aéreos, la utilización de armas químicas y la guerra de trincheras. En los cuatro años, tres meses y 14 días que duró el conflicto, desde el 28 de julio de 1914 al 11 de noviembre de 1918, quedaron atrás 9,5 millones de cadáveres de combatientes, una media de más de 6.000 hombres muertos al día, sin contar las víctimas civiles.             


Las causas del conflicto provenían del siglo XIX;  por lo que el origen de la Primera Guerra Mundial debe atribuirse a la existencia de dos grandes bloques antagónicos: la Triple Alianza (Alemania, el Imperio austro-húngaro e Italia) y la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia). Los factores que la desencadenaron tenían su origen en el intenso espíritu nacionalista que se extendió por Europa a lo largo del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, con gran rivalidad económica y política entre las distintas naciones y un proceso de militarización y de vertiginosa carrera armamentística internacional durante el último tercio del siglo XIX, que agravaba el enfrentamiento de las dos alianzas.

La Revolución Industrial de Gran Bretaña desde finales del siglo XVIII, de Francia a principios del XIX y de Alemania a partir del año 1870, produjo un crecimiento de los productos manufacturados y su capacidad de distribuirlos, de manera que tuvieron necesidad de buscar nuevos mercados exteriores.

África fue el principal polo de expansión económica, lo que generó conflictos frecuentes. Desde 1898 hasta 1914 había una gran rivalidad económica por el dominio del territorio africano entre Francia, Alemania y Gran Bretaña  y, ya anteriormente, en varias ocasiones estuvieron  a punto de provocar una guerra en Europa.
Mapa donde se muestra el reparto de África por las potencias europeas (1913).     Alemania     Bélgica     España     Francia     Italia     Portugal     Reino Unido     Estados independientes
Hoy, nos vamos a dedicar a entender lo que fue el comienzo de la PGM,  y cómo se vivió por parte de los jóvenes que entendían la situación como un heroico deber para salvar a su país y defender los derechos que les correspondía frente la agresión externa y luego se dieron cuenta, al estar en medio del campo de batalla, de la realidad que distaba mucho del heroísmo utópico con el que habían soñado y creían. En 1914, después de casi medio siglo de paz, pocos recordaban la última guerra de 1866, cuando los más viejos habían combatido contra Prusia. Tenían de ella una leyenda mitificada que la distancia en el tiempo la había convertido en algo heroico y romántico. Los reclutas se lanzaban a la Gran Guerra como a una aventura juvenil en la que todo iba a salir bien "Por Navidad volveremos todos a casa" decían los chicos a sus familias, sonriendo, en agosto de 1914. Al estallar la Primera Guerra Mundial, los jóvenes se encaminaron hacia el frente ebrios de entusiasmo. Las multitudes les despedían emocionadas y orgullosas; pero, muy pronto, la guerra de trincheras, con su rutina de piojos, hambre, frío, pequeñas escaramuzas o grandes ofensivas, revela al mundo que la violencia entre las naciones no es una gesta, sino un fracaso moral y político.

El testimonio  de un periodista catalán, Agustí Calvet Pascual que también firmaba con  el seudónimo de Gaziel estaba en París el verano de 1914, alojado en la pensión de Mme. Durieux.  Allí estaban una  mezcla jóvenes de todas las naciones, razas y lenguas, deseosos todos ellos de disfrutar de la febril vitalidad de la Ciudad de la Luz. Pero el día 1 de agosto, todo cambia. Francia empieza a movilizar a sus hombres para la guerra contra Alemania. Los amigos pasan a ser enemigos y el temor a que el avasallador ejército prusiano llegue a las puertas de la ciudad oscurece la vida de aquellos jóvenes internacionales. Algunos vuelven a sus países; otros no. Uno de los que se queda es Agustí Calvet (Gaziel) que  vivió el estallido de la Gran Guerra  y dio buena cuenta de ella en sus crónicas para La Veu de Catalunya. Estos trabajos no gustaron a Prat de la Riba (que dirigía el periódico de la Lliga Regionalista) y sí, en cambio, a Miquel dels Sants Oliver directivo de La Vanguardia y que, por entonces, era todavía colaborador en la revista. Esa circunstancia  hace que Gaziel  se incorpore como cronista de La Vanguardia para escribir sobre el París de la Primera Guerra Mundial en: París 1914. Diari d’un estudiant.  Sus crónicas sobre la guerra fueron muy leídas en toda España y le consagraron como periodista. En el año 2013 se han publicado traducidas en formato de libro por Editorial Diéresis. Recogemos un fragmento:

          Sábado 1 de agosto de 1914
Esta mañana, con el corazón oscurecido después de leer, en la buhardilla donde tengo mi celda de estudiante novicio de filosofía, el periódico que la sirvienta me acaba de traer con el desayuno, he escrito a un amigo, el marqués de Saint-Ange, que vive en su chatêau de Villecerf, en los alrededores de París: "Cuando usted reciba esta carta, la guerra se habrá declarado". El marqués recibirá mi carta mañana. Y esta tarde ya he visto, en efecto, expuesta en la puerta de la comisería de Saint Germanin des Prés, la orden de movilización general. (Para seguir leyendo)

Podemos ver, también, la adaptación audiovisual del documental, en forma de corto, de un fragmento de la obra En las Trincheras, de Gaziel, que muestra, como testimonio ocular, lo que pasaba en los campos de batalla. 

La guerra  generó gran número  de obras narrativas, muchas de ellas también llevadas al cine. En ellas, europeos como Erich Maria Remarque, que en la novela All Quiet on the Western Front (Sin novedad en el frente) (1929)  muestra los horrores de la guerra desde el punto de vista de un joven soldado. El protagonista Paul Bäumer  pertenece a un grupo de soldados alemanes en el frente oeste de la Primera Guerra Mundial. Paul y sus compañeros Tjaden, Müller, Albert Kropp, Katczinsky  son jóvenes entre 19 y 20 años, todos son del mismo curso y han salido de la misma clase para ir a la guerra. Todos son voluntarios y han empezado a cuestionar la sabiduría de los profesores que los animaron a alistarse. La película, con el mismo nombre, fue dirigida por Lewis Milestone (1930) (En 1929 tuvo 2 Oscar: Mejor película y director 4 nominaciones). El director reclutó para la figuración y el departamento artístico a veteranos alemanes de la PGM. Recreó tan bien las insalubres trincheras, que fue inspeccionada y tuvo que parar el rodaje. Rehuyó a las grandes estrellas. Consiguió montar unas escenas bélicas que aún hoy son apreciablemente realistas y supo mantener el mensaje antibelicista de la novela totalmente intacto en una época muy temprana. Su estreno provocó enfrentamientos entre nazis y comunistas. 
Watch All Quiet on the Western Front (1930) in Entretenimiento  |  View More Free Videos Online at Veoh.com

Tenemos otra adaptación, de 1979, dirigida por Delbert Mann para la TV; y, aunque mereció el elogio por la actuación de algunos de los intérpretes, en opinión general no pudo igualar a la película 1930. 

Ernst Jünger  escribió en un sentido contrario el Diario de guerra (1914-1918). Edición de Helmuth Kiesel (traducción de Carmen Gauger), Ed. Tusquets. Barcelona, 2013. Jünger se enroló como voluntario al estallar la I Guerra Mundial con 19 años. Un año antes había dejado los libros y se había escapado de casa para alistarse en la Legión Extranjera: su afán era vivir aventuras para liberarse de la monotonía del mundo burgués que lo ahogaba. Su padre lo sacó de la Legión y le hizo prometer que estudiaría, pero era 1914 estalló la guerra. El frente respondía a sus ansias de aventura y anarquía espiritual. Allí encontró una familia y desde sus primeros días de campaña y disfrutó de su elección como un joven soñador y un deportista ebrio de fuerza juvenil. En su libreta de notas se lee: “En general la guerra me parecía más horrible de lo que en realidad es. El espectáculo de los que estaban destrozados por las granadas me ha dejado completamente frío, y asimismo todo este pim pam pum, aunque varias veces he oído silbar muy cerca las balas”. Para Jünger, la vida en las trincheras era un espectáculo: el de la vida luchando a muerte. Estaba convencido de que a él no le pasaría nada.  Lo arriesgaba todo pensando que sería hermoso morir con honor, en “acción”. El libro ha sido criticado por glorificar la guerra sin ambages.

Gabriel Chevalier consideraba que había participado en una conflagración terrible, en la que conoció de cerca la degradación moral que acompaña a la guerra: tortura, sadismo, ejecuciones, víctimas inocentes, El miedo (1030) de Chevallier se contrapone  al Diario… de Ernst Jünger. La guerra no tiene nada de viril. Chevallier es claro y contundente: La guerra existe porque “los hombres son imbéciles e ignorantes. […] Eligen jefes y amos sin juzgarlos, con un gusto funesto por la esclavitud”. Chevallier sigue “Fui en contra de mis convicciones, aunque de buen grado; no para batirme, sino por curiosidad: para ver”.

Blasco Ibáñez presentó un relato como espectador no participante. Publicó la novela Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis  (1916), con la que tuvo  un reconocimiento universal. La adaptación al cine hizo que se consolidara más su prestigio. Él resalta el carácter documental de la obra, sin ficción, de algunas escenas del libro: el episodio retrospectivo del buque, los personajes alemanes que aparecen al principio de la novela, etc. Pero su apuesta fotográfica de la realidad no es objetiva,  el presidente de Francia  Raymond Poincaré le encargó que diera un visión del frente como novelista  y la obra es  partidista. Blasco, hombre de izquierdas, aborrecía la ideología alemana, y presenta el conflicto desde su punto de vista. Para él la guerra era "de un lado, el indolente militarismo prusiano, la reacción, la caverna, la fuerza bruta"; de otro lado, "la patria de los Derechos del Hombre y de Víctor Hugo, la Libertad, la Civilización". Blaso ve que los cuatro jinetes, la Guerra, el Hambre, la Peste y la Muerte son un fenómeno recurrente en la historia de la humanidad, un retorno a la barbarie, representada en este caso por Alemania. Blasco no combate en la guerra y en la obra predomina la observación sobre la acción; se relatan hazañas que son crónicas de otros, con pocas escenas de combates y siempre con personajes secundarios. El protagonista es el soldado anónimo, sin galones. A Blasco le interesaban las vivencias de los chicos en la retaguardia y la atmósfera de la guerra. El personaje principal es Julio Desnoyers. Hijo de Marcelo Desnoyers; un republicano francés que había huido a Argentina en la época del imperio, en 1870. Ahora, en 1914, Argentina es neutral y la familia  no se siente vinculada al conflicto pero,  los lazos familiares les involucran. 

The Four Horsemen of the Apocalypse, EEUU, 1921.Fue dirigida por Rex Ingram y protagonizada por Rodolfo Valentino, Pomeroy Cannon y Josef Swickard.1 Fue escrita por June Mathis, está basada en la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez. 

J'accuse! (1919) 
Es una película muda francesa dirigida por Abel Gance. Junto a un drama romántico están los horrores de la Primera Guerra Mundial. Es una poderosa representación del sufrimiento en tiempos de guerra. En particular, su secuencia culminante la "vuelta de los muertos", que tuvo un reconocimiento internacional, y confirmó Gance como uno de los directores más importantes de Europa. Abel Gance estaba como redactor en la Sección Cinématographique del ejército francés durante la Primera Guerra Mundial, pero por su mala salud, fue enviado a casa, lo cual probablemente le salvó  la vida. J’accuse! es una denuncia  de lo ocurrido en esa guerra  ya que muchos de sus amigos mueren en ella. La película está influenciada por libro Le Feu publicado en 1916, por Henri Barbusse. Consiguió que Charles Pathé  le financiara la película. Con el fin de filmar las escenas de batalla, Gance pidió volver al frente  en la Sección Cinématographique, en el momento que se estaba librando la batalla de Saint-Mihiel  en septiembre de 1918  junto con el Ejército de los Estados Unidos. Su material  auténtico está editado  en el tramo final de la película.

Los norteamericanos Hemingway, Dalton Trumbo, John E. Mack, John Dos Passos, entre otros, también ofrecieron una visión de primera mano, generalmente pacifista, de aquella contienda terrible, pero al ser con la entrada de EEUU, tratan de épocas más tardías de la PGM.

Quepa como anécdota, que Chaplín en su segunda película, presentó el tema en clave ácida, triste, considerado, etc., de humor, tal y como él lo ha hecho a lo largo de sus producciones.
Charly es el soldado número 13 del ejército estadounidense de la 1ª Guerra Mundial. Está en el pelotón de los torpes; Ya en el frente, y mientras hace guardia entre el fuego enemigo recuerda los buenos tiempos, viendo cómo todos sus compañeros reciben cartas y paquetes menos él. Está sugestionado por una muerte segura porque se le ha roto un espejo  y eso es preludio de mala suerte. Además, no acierta en la cara o cruz de la moneda con la que juega y por si fuera poco  tiene adjudicado el número 13, también de la mala suerte.  Sale  de su trinchera, temeroso por los malos presagios, pero contra todo pronóstico, consigue capturar a un grupo de enemigos alemanes él solo. Después de esa heroicidad  su estado de ánimo cambia y confía  en su buena suerte. Se ofrece como voluntario  y en el transcurso de los trabajos le pasarán muchas cosas; entre ellas, disfrazarse de árbol, ayudar a una mujer francesa, capturar a más alemanes y hasta ganarse el respeto de toda la base americana. Para poder verla, clicar aquí. 

Un momento de  la PGM. La Tregua Navidad de 1914. 
Con el solsticio de Invierno y las fiestas de Navidad cercanas las tristezas son cada vez mayores. En esas circunstancias,  el día 24 de diciembre se produce un alto el fuego que nadie se cree. Parece ser que por orden del Kaiser Guillermo II da Alemania, los soldados alemanes habían recibido miles de árboles, salchichas, raciones extras de pan e incluso licores. Al otro lado se encontraban los soldados británicos y franceses, que no podían creer lo que estaban viendo, aquellos árboles de Navidad iluminados con velas encendidas en las trincheras enemigas. Aunque la tregua fuera oficiosa, alrededor de 100.000 soldados británicos y alemanes estuvieron involucrados en paralizaciones no oficiales  a lo largo del frente occidental. Empezó en la víspera de Navidad, 24 de Diciembre de 1914, las tropas alemanas decoraban la zona alrededor de sus trincheras, en la región de Ypres, en Bélgica y sobre todo en Saint-Yvon (llamado Saint-Yves, en Plugstreet/Ploegsteert -Comines-Warneton), el capitán Bruce Bairnsfather  hace mención  a la tregua.

La decisión de los generales terminó posteriormente con esa paz espontánea, que ha sido ignorada por los historiadores y cuya impronta más indeleble sobre la faz de la Tierra fue el haber dado a conocer al mundo la canción “Noche de paz, noche de amor”. El Radar  traduce algunos fragmentos de las memorias del alemán Michael Jürgs que reconstruye esos pocos días de paz durante la Primera Guerra Mundial a los que se opuso un ignoto cabo llamado Adolf Hitler.  Podemos seguir leyendo

El 17 de diciembre de 2014 en Ypres, Bélgica, la UEFA conmemoró el centenario de la Tregua de Navidad de 1914 en las trincheras de Flandes 
Se inauguró un monumento en el mismo lugar donde se disputó el improvisado partido de fútbol. Michel Platini, presidente de la UEFA, ha invitado a los jefes de estado y del gobierno de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Irlanda y el Reino Unido argumentando que "La ceremonia de conmemoración ha de rendir homenaje a los soldados que, hace un siglo, expresaron su humanidad en un partido de fútbol escribiendo un capítulo en la construcción de la unidad europea y que son un ejemplo a seguir para las jóvenes generaciones de hoy "
La película Joeux Noël
La película en la que queremos centrarnos hoy recoge esos hechos y de los que se va recordar el centenario:


TÍTULO ORIGINAL : JOYEUX NOËL

Feliz Navidad,  Noche de paz
Ficha técnica
País
Francia  (2005)
Christian Carion 
Basada en hechos reales: Batailles de Flandres et d'Artois 1914–1918 de  Yves Buffetaut y Der kleine Frieden im großen Krieg, de Michael Jürgs.
Interpretación:
Drama
Duración
115 min.  






























Argumento
La película empieza en el periodo inmediatamente anterior al inicio de la PGM, que como en todas las guerras se ha de combatir contra un enemigo al que se le condena. Alemanes, ingleses o franceses se condenan mutuamente y desde la escuela se educaba a los más jóvenes en ese odio, lo que produce malos presagios.
Para borrar en el mapa todo rastro de Alemania y el Huno debemos exterminar esa raza, no debe quedar ni uno. Ignora los gritos de sus bebés, mátalos a todos (dicen los ingleses)
Un único enemigo tenemos en la tierra, que cava la tumba de Alemania. Le embargan el odio, la amargura y la envidia. Un único enemigo tenemos en la tierra. El villano alza su mano asesina que aterra, ya conoces su nombre, es Inglaterra. (Dicen los alemanes en un fragmento de la  película)
Sigue el relato por la campiña escocesa, donde los jóvenes celebran que se haya declarado la guerra, Por fin nos ocurre algo en la vida, dice el joven enfervorizado. La mirada y el pensamiento del sacerdote  es bien distinta; muestra, con sus gestos, que sabe  que se avecina una tragedia, porque la vida le ha mostrado la crueldad de la guerra. El sacerdote, interpretado por Gary Lewis,  es una excepción en la Iglesia Católica porque, junto a otras religiones, ha tenido y tiene una larga tradición como instigadora de contiendas, igual que lo fue respecto a la PGM, azuzando la beligerancia, allí  donde tenían influencia.

Ya en las trincheras del combate se ve el lugarteniente francés, Audebert (Guillaume Canet), que observa como dos escarabajos del refugio copulan ajenos a los desvaríos y locuras humanas. Empiezan las batallas  con toda su crudeza, con muertos y heridos, y con ello,  el sinsentido de lo que suponía la defensa de algo que sin saber por qué, requiere matar o morir, a hombres en idéntica situación. Los hermanos pierden a sus hermanos, las madres a sus hijos, las novias a sus parejas y los que mueren lo pierden todo. 

La guerra estaba durando ya más de los que habían previsto. Había pasado el verano, el otoño y habían llegado al duro frío de diciembre, y el de la Navidad. Seguían sin saber hasta cuándo duraría la pesadilla por la que estaban pasando. Muchas de las ilusiones de gloria iniciales se habían desvanecido. Amigos y hermanos que luchaban en alguno de los bandos habían muerto o estaban gravemente heridos. El invierno había llegado con fuerza y todo era muy difícil. Nada era igual a lo que creían que iba a pasar antes de partir. Los chicos añoraban a sus familias, a sus novias y a sus mujeres; se sentían solos en medio de aquella inmundicia. Ante nosotros no tenemos soldados heroicos, sino hombres, todavía casi niños, abatidos, cansados, aturdidos, sino heridos. El amor entre la pareja de protagonistas, el tenor, Nikolaus Sprink, y la soprano, Anna Sorensen, interpretados por Benno Fürmann y Diane Krüger, es otro elemento  que denuncia, porque el poco sentido de la guerra, les obliga a separarse en los mejores momentos. Tienes que codearte con la muerte para ver como vuela el tiempo, eso es lo atroz.  
A la llegada de la Nochebuena los escoceses hacen sonar la gaitas encabezados por el capellán que les anima a seguir  y comienzan a cantar I'm dreaming of home (Sueño con mi hogar) canción que solía tocar Jörg con la armónica, una que le habían enseñado los escoceses.
 Una canción que he oído a menudo fluye ahora a través de mí /tan alto y tan claro aquí donde estoy, sueño siempre con mi hogar./ Me siento tan solo, sueño con mi hogar. 
En esta situación tan desalentadora y carente de cualquier esperanza, surge el milagro. Empieza con Stille nacht, heilige nacht, el tradicional villancico alemán, más popular de todo el mundo. Y fue seguido, en su versión en inglés, por los soldados británicos. Silent Night (Noche de Paz) compuesta por Joseph Mohr y Franz Gruber, para no decepcionar a los feligreses de un pueblecito austriaco, en cuya iglesia se había roto el órgano. Corría el año 1818. Desde entonces no ha dejado de cantarse y de traducirse a diferentes idiomas. El tenor, Nikolaus, que había llegado al frente ese mismo día, empieza a entonar Noche de paz, mientras los soldados alemanes colocan árboles de navidad sobre las trincheras y el sacerdote escocés sigue la música con la gaita.

Ese gesto anima a Nikolaus a salir de la trinchera cantando ante los ojos atónitos de los franceses, que no disparan. La orden del mando alemán al tenor de salir de la trinchera es seguida por una ovación de los escoceses que también can saliendo saliendo de sus lugares. Para no interrumpir el ambiente de alegría y magia que se ha creado, el pastor escocés comienza a tocar Adeste Fidelis, que es seguido por el tenor, el cual  se acerca a la trinchera contraria con un árbol de navidad en su mano. Los escoceses hacen coro en una escena realmente especial. Y aquí comienza la fuerza de la amistad.
- Buenas noches ingleses -dicen los alemanes-.
- Buenas noches alemanes, pero no somos ingleses, somos escoceses -responden estos entre risas- .
El mando alemán, Hortsmayer, interpretado por Daniel Brühl, sale a parar todo aquello, indicándole al tenor que eso no es la ópera de Berlín.  A lo que él, Nikolaus, con toda razón y sinceridad responde:
-Esto es mejor que Berlín. 
Parecía irreal, al otro lado, los soldados aliados se fueron acercando a los alemanes acompañándolos en sus cánticos y pidiendo y cantando más piezas. Ante esta situación, y para confirmar que no era una escaramuza, los soldados alemanes empezaron a batir  banderas blancas y así demostrar su buena intención que permitiría a salir de sus trincheras a los contrincantes.

El hecho era tan desconcertante e insólito que parecía imposible, pero pronto comprobaron  que acercamiento de los alemanes no tenía ningún doble sentido, eran sinceros y el espíritu navideño era real. Días antes se mataban entre ellos, pero ahora,  se sentían cada vez más unidos compartiendo lo poco que tenían como chocolate, alcohol o tabaco y sobre todo, acompañándose unos a otros en el dolor de tener a sus familiares lejos, mostrándose unos a otros las fotografías de sus esposas e hijos. 

La situación se prolongó durante el día siguiente, lo que les permitió, enterrar, honrar y llorar conjuntamente a sus muertos respectivos. Se jugó un partido de fútbol que ganaron los alemanes. Fue con una pelota improvisada y las porterías marcadas por los cascos respectivos.

La relación de cantos de la banda sonora de la película es la siguiente:
  • Ave Maria (Creation), Natalie Dessay (4:24)
  • 2. Ouverture (4:05)
  • 3. Hymne Des Fraternisés (Piano) (1:26)
  • 4. Anna Et Nikolaus (2:06)
  • 5. La Guerre (6:00)
  • 6. Enterrement Des Soldats (3:07)
  • 7. Bist Du Be Mir (Gootfried Heinrich Stölzel/Arr. Philippe Rombi), Natalie Dessay, Rolando Villazon (4:05)
  • 8. Stille Nacht (Franz Xaver Gruber/Arr. Philippe Rombi), Rolando Villazon (4:18)
  • 9. La Lettre De Jonathan (0:51)
  • 10. Les Souvenirs De Ponchel (1:18)
  • 11. Le Match De Football (1:49)
  • 12. Le Discours De L'évêque (3:14)
  • 13. Le Courrier Des Soldats (1:32)
  • 14. War Adagio (5:07)
  • 15. Thème De L'absence (7:13)
  • 16. Hymne Des Fraternisés: "I'm Dreaming Of Home", Natalie Dessay (4:24)
  • 17. Adestes Fideles (John Francis Wade/Arr. Philippe Rombi), Rolando Villazon (4:15)
  • 18. Invitations - "I'm Dreaming Of Home" (2:58)
  • 19. Anna Et Niklaus (Version Film Incluant "Nuit De Noël") (2:29)
  • 20. Aria Pour Violon Et Orchestre D'après l'Ave Maria (3:59)
  • 21. Hymne Des Fraternisés (Murmures Et Vocalises) (4:25)
Evidentemente, estos hechos causaron una situación muy difícil para los soldados y sus mandos, por lo mal visto que estaba una tregua como la que se había producido. Tenían que ser sancionados como correspondía a una actuación tan en contra de cualquier regla de guerra, en la que no está pensado que se pueda confraternizar con el enemigo. Pero a pesar de las sanciones la experiencia vivida no se podía olvidar. Había sido algo que se convertía en una lección de vida  para todos independientemente del bando en el que se encontraran. 

Alemania, Francia e Inglaterra obligaron a sus soldados a reanudar las hostilidades. Vetaron cartas enviadas desde el frente y  detuvieron tanto como fue posible, la  publicidad sobre el “levantamiento pacífico” que había  nacido  entre los que hacían  posible la guerra: los soldados rasos.  Aunque la paz, por su fragilidad, es más difícil que la propia guerra, los altos mandos tuvieron que hacer verdaderos esfuerzos para que los hombres que habían confraternizado volvieran a atacarse. Los combatientes se negaban a disparar a los que ahora eran sus amigos. Otros tantos, intentaron ingeniárselas para que sus contrarios no murieran, aunque los oficiales superiores  obligaban a dispararles, los soldados hacían disparos al aire, o tiros erráticos que, a pesar de la corta distancia que los separaba, fallaban  en el blanco de los que se suponían  enemigos. Para asegurar que la tropa y los mandos iban a seguir seguir la misión que se les habían encomendado, fueron dispersados, trasladados de compañía y enviados a otros frentes con enemigos sin cara. Los dirigentes políticos y militares se aseguraron de frenar  cualquier intento de tregua  en los años subsiguientes.

Los personajes
Los personajes principales son:

Audebert (Teniente Francés): Se hace absolutamente responsable de sus hombres. Refleja sentido de deber que le acompaña en todo momento. Teme la confrontación pero sabe que no le es posible mostrar ese miedo ante los demás ya que debe demostrar fortaleza y valentía. Su forma de expresar lo que siente es básicamente el dibujo. A través de él puede descargar su sentir y sus pensamientos. El personaje de Audebert se basa en Mauricio Genevoix, un  joven escritor y maestro, que tuvo a su cargo a hombres mayores que él. Aprende lo que es la responsabilidad, el sentido del deber, el miedo y la imposibilidad de mostrarlo.

Horstmayer (Teniente Alemán): Teniente judío con un carácter fuerte. Al principio es inflexible y  malhumorado. Como contradicción, tiene la iniciativa de la tregua de la noche de Navidad, así como el cese del fuego para enterrar dignamente a los muertos de los tres bandos; es el personaje más redondo a lo largo de la trama.

Gordon (Teniente Escocés): Actúa de forma más profesional que por afectos. Esto se refleja en el momento que explica en el informe que escribe: "Por la parte alemana, ninguna hostilidad" respecto al encuentro que habían tenido los tres bandos.

El tenor Nikolaus Sprink se basa en el personaje real Walter Kirchhoff.  No era soldado, pero actuó en una trinchera alemana en la noche de Navidad de 1914. Un oficial francés que lo había visto en la Ópera de París, en 1912 reconoció su voz y se puso a aplaudir. Y Kirchhoff  cruzó la tierra de nadie para saludar a su admirador.

Ponchel inspirado en un soldado francés que todas las noches cruzaba las trincheras alemanas para ir a dormir en casa, con su mujer y sus hijos, y volvía al día siguiente para luchar.

Anna Sörensen: Diane Krüger Es un personaje que carece de realidad histórica aunque como muchas mujeres consiguieron reunirse con sus maridos en el frente, algunas incluso disfrazadas de soldados. Ella sólo piensa en ver y estar con su pareja (Nikolaus Sprink), en volverle a ver de la forma que sea, en sacarle de esa guerra, con una inocencia que terminará siendo su mejor aliada

El relato tiene unos colores oscuros,  salvo el comienzo, antes de la guerra y algunos momentos en el campo de batalla. La fotografía es espléndida capaz de dar luminosidad a los momento más tristes. La situación se desarrolla a media luz y de noche en la mayoría de las secuencias; tiempo, de ambiente invernal y con nieve. Todo junto crea un ambiente onírico, a pesar de que no se trata de una historia con propósito melindroso. Hay una fotografía de planos generales y de conjunto, pero los expresivos y de plano medios y cortos,  muy importantes para traslucir los sentimientos y vivencias de los personajes.

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Aunque hoy no vamos a hablar de eso,  la evolución de la guerra tuvo varias fases y momentos de estancamiento. Italia y Bulgaria entraron en la contienda en 1915. Rumania un año más tarde y Estados Unidos en 1917 que  compensaba la salida de Rusia gracias a sus inmensos recursos bélicos y financieros. El final del conflicto se vislumbraba en marzo de 1917 con la caída del gobierno ruso tras la Revolución de Febrero y a la firma del acuerdo de paz de Brest-litovsk entre la Rusia revolucionaria y las Potencias Centrales después, de la Revolución de Octubre,  en marzo de 1918. Tras una gran ofensiva alemana a principios de 1918 a lo largo de todo el Frente Occidental, los Aliados hicieron retroceder a los alemanes, con la victoria en la segunda batalla del Marne. El emperador Guillermo II  de Alemania renunciaba y el nuevo gobierno firmaba el armisticio el 11 de noviembre de 1918. Poco antes, el 4 de noviembre de 1918, el Imperio austro-húngaro solicitaba un armisticio, y  así se daba fin a la guerra con la victoria aliada.

En enero de 1919 se llevó a cabo la Conferencia de Paz deParís, las principales decisiones fueron tomadas por EEUU, Gran Bretaña y Francia mientras que los vencidos fueron obligados a aceptar las condiciones. Se firmó el tratado de Versalles  que impuso duras condiciones a Alemania,  entre ellas la perdida de un 15% de su territorio y la totalidad de sus colonias, así como el pago de una indemnización de guerra  y se creó la sociedad de naciones que tenia la misión de salvaguardar la paz y resolver los conflictos entre los países.

La PGM fue una larga guerra con muchas batallas en las que murieron más de 10.000 de personas entre soldados, militares y civiles. Nadie  entre los contendientes pudo quedar fuera de la sangría.

Sugerencias didácticas 
  • Antes de la guerra: ¿Tuvo un papel la escuela en el aumento de la tensión entre países?
  • ¿Qué motivo fue el detonante que causó el principio de la PGM? 
  • ¿Cómo recibió la juventud  la idea de participar en una guerra? ¿Creía  que la guerra era necesaria para salvar a los respectivos países  de las agresiones de los otros?.
  • Señalar los países de la contienda en la PGM  y el lugar de los campo de batalla.
  • Presentar y distinguir los personajes del relato con las características y peculiaridades de cada uno.
  • Ver su evolución a lo largo del relato.
  •  Reflexionar sobre ideas que sugiere la historia  para la formación:
    • Dar importancia al tiempo de Paz.
    • Valorar los gestos de amistad.
    • Valorar el afecto y la estimación. 
    • Valorar pequeños regalos como un gran tesoro.
  • Analizar el papel de la música como forma  comunicativa capaz de acercar personas de distintas lenguas e ideologías.
  • ¿Es lógico el final del relato,  después de la tregua? ¿Qué otro final hubiera tenido distintas consecuencias?
  • ¿Es una historia que fomenta la guerra? ¿Por qué?
  • ¿Cómo continuó la guerra  el año 2015? ¿En qué año terminó? ¿Cómo y por qué?
  • ¿Cuántos países participaron de aquella guerra? 
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