Nos encontramos ante la historia de 'L'élégance du hérisson' (2006) que tiene como escenario la escalera de un palacete de ocho pisos en centro de París, en rue de Grenelle nº 7. Los hechos se desarrollan hacia el año 2004, durante poco más o menos medio año. En el edificio habitan vecinos de clase media acomodada que son observados por la crítica la mirada de Paloma, de 12 años, que se autocalifica de inteligente, rica y como su hermana, hija de padres ricos. Su padre es diputado y ha sido ministro. Su madre, culta doctora en letras, pero con una vida anodina que su hija no soporta. Como tampoco soporta a su hermana Colombe ni el entorno que le rodea, tiene el firme propósito de suicidarse al cumplir los 13 años el 16 de junio, de forma poco cruenta y después de haber conseguido un gran reto: acumular la mayor cantidad de ideas profundas posibles y expresarlas a modo de pequeños poemas al estilo japonés: como un haykú (de tres versos) o un tanka (de cinco versos).
Editorial: Seix Barral, 2007 |
En la ciudad, son los perros los que llevan a los amos de paseo, aunque nadie parece comprender que el hecho de haber querido cargar voluntariamente con un perro al que hay que sacar a pasear dos veces al día, llueva, nieve o haga viento, equivale a pasarse uno mismo una correa a al cuello. (pág. 39)
Igualmente, Renée mira, observa y calla; pero no deja de pensar en cómo es y se siente ella y muchos como ella, frente a momentos trágicos o dolorosos de la vida y cómo la ven los ricos de su entorno. Ella siente, ella sufre. Pero para los vecinos de esa escalera y de otras de entornos sociológicos cercanos, a su clase social no la valoran, o la ignoran, porque creen que son, actúan o sienten menos ante el dolor, el hambre o la muerte. Ella recuerda la pérdida de Lucien, su marido:
Los ricos piensan que la gente modesta, quizá porque su vida está enrarecida, privada del oxígeno del dinero y el don de gentes, sienten las emociones humanas con una intensidad menor y una mayor indiferencia. Dado que éramos porteros, parecía darse por hecho que la muerte era para nosotros una evidencia en el curso de las cosas, mientras que, para ellos a los que la fortuna había sonreído, habría revestido el hábito de la injusticia y el drama. (pág. 44)
La señora Michel tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes. (Pág. 91)
.'.. Soy muy inteligente. Excepcionalmente inteligente, incluso. No tengo más que compararme con los demás niños de mi edad para ver que nos separa un abismo. Como no me apetece mucho llamar la atención, y en una familia en la que la inteligencia se considera un valor supremo a una niña superdotada no la dejarían nunca en paz, en el colegio trato de hacer menos de lo que podría, pero aun así siempre soy la primera en todo. Hay quien podría pensar que resulta fácil hacerse pasar por alguien con una inteligencia normal cuando, como yo, a los doce años se tiene el nivel de una universitaria de una facultad de dificultad superior. Pero ¡no, en absoluto! Hay que esforzarse mucho por parecer más tonto de lo que se es. Aunque, en cierta manera, este empeño no salva de morir de aburrimiento: todo el tiempo que no tengo que pasar aprendiendo y comprendiendo, lo empleo en utilizar el estilo, las respuestas, las formas de proceder, las preocupaciones y los pequeños errores de los buenos alumnos normales y corrientes. Leo todo lo que escribe Constance Boret, la segunda de la clase, en mates, lengua e historia, y así me entero de lo que tengo que hacer: en lengua, una serie de palabras coherentes y correctamente ortografiadas; en mates, la reproducción mecánica de operaciones desprovistas de sentido; y en historia, una sucesión de hechos ligados entre sí por conectores lógicos. Pero incluso si me comparo con los adultos, soy mucho más lista que la mayoría de ellos. Así son las cosas. No me siento especialmente orgullosa porque tampoco es que el mérito sea mío. Pero lo que está claro es que yo no pienso terminar en la pecera. He reflexionado mucho antes de tomar esta decisión. Incluso para una persona tan inteligente como yo, con tanta facilidad para los estudios, tan diferente de los demás y tan superior a la mayoría de la gente, mi vida ya está toda trazada, lo cual es tristísimo: nadie parece haber caído en la cuenta de que si la existencia es absurda, lograr en ella un éxito brillante no tiene más valor que fracasar por completo. Simplemente es más cómodo. O ni siquiera: creo que la lucidez hace amargo el éxito, mientras que la mediocridad alberga siempre alguna esperanza.' (Pág. 10)
Mis compañeros de clase se colocan con pastillas de éxtasis como si fueran caramelos, y lo peor es que donde hay droga, hay sexo. [...] Es muy desalentador. Primero, porque yo creo que el sexo, como el amor, es algo sagrado,[...] Segundo, porque un adolescente que juega a dárselas de adulto no deja de ser un adolescente. (Pág, 124)
Es la primera vez que conozco a alguien que se interesa por mi cuando me habla: [Kakuro] no espera aprobación o desacuerdo, me mira con una expresión como si estuviera diciendo '¿Quién eres?¿Quieres hablar conmigo? ¡Cuánto me gusta estar contigo!' (Pág. 108)
Por lo general, por las mañanas saco un ratito para escuchar música en mi cuarto. La música desempeña una función muy importante en mi vida. Es lo que me permite soportar... pues... todo lo que hay que soportar:mi hermana, mi madre, el colegio, Achille Grand-Fernet, etc.La música no es solo un placer para el oído como la gastronomía lo es para el paladar, o la pintura para los ojos. Si pongo música por la mañana tampoco es que la razón sea muy original: lo hago porque determina el tono del día. (Pág. 98)
Seguramente, sorprende que una chica de doce años sea tan consciente un hecho, por otra parte habitual. Seleccionamos música de acuerdo a la situación en la que nos encontramos, el estado de ánimo que tenemos y las circunstancias que nos rodean. La alegría, la tristeza, la preocupación o el deseo de fiesta nos ayudan a seleccionar, casi instintivamente, unos temas y ritmos, que nos parecen apropiados para acompañarnos en la ocasión en la que nos encontramos.
A pesar de su juventud, Paloma observa su entorno de forma global y con gran madurez. Muestras hay muchas. Elegimos una que probablemente trata de un tema bien familiar. Va a ver a su abuela a una residencia de ancianos, muy lujosa, en la que su madre se alucina por la riqueza de la decoración y el sentido de confort que emana, de su apariencia. Para ella, ese aspecto visual, no tiene ningún sentido, solo entra en lo más hondo del significado del lugar, explicitando lo que es, realmente:
Hoy hemos ido a Chatou a ver a la abuelita Josse, la madre de papá, que lleva dos semanas en una residencia de ancianos. Papá la acompañó cuando se instaló allí, y esta vez hemos ido todos juntos a verla. La abuelita ya no puede vivir sola en su caserón de Chatou: está casi ciega, tiene artrosis, ya casi no puede andar ni sostener nada en las manos y se asusta en cuanto se queda sola. Sus hijos (papá, mi tío François y mi tía Laure) intentaron solucionar el asunto con una enfermera privada, pero no podía quedarse con ella las veinticuatro horas del día; además, las amigas de la abuelita ya estaban ellas también en una residencia de ancianos, así que parecía una buena solución. La residencia de ancianos de la abuelita no es cualquier cosa. Me pregunto cuánto costará al mes un moridero de lujo como éste. La habitación de la abuelita es grande y luminosa, con muebles bonitos, cortinas muy cucas, un saloncito contiguo y un cuarto de baño con una bañera de mármol. Mamá y Colombe se han extasiado al ver la bañera de mármol, como si para la abuelita tuviera el más mínimo interés que la bañera fuera de mármol cuando ella tiene los dedos de hormigón…Además, el mármol es feo. En cuanto a papá, no ha dicho gran cosa. Sé que se siente culpable de que su madre esté en una residencia de ancianos. «¿No pretenderás que se venga a vivir con nosotros?», dijo mamá cuando ambos creían que yo no los oía (pero yo lo oigo todo, sobre todo lo que se supone que no debo oír). «No, Solange, claro que no…», respondió papá con un tono que quería dar a entender: «Hago como si pensara lo contrario a la vez que digo "no, no" con aire cansado y resignado, en plan marido bueno que acepta lo que dice su mujer, para que quede patente que el bueno de la película soy yo.» Conozco muy bien ese típico tono de papá. Significa: «sé que soy un cobarde, pero que nadie se atreva a echármelo en cara». Por supuesto, ocurrió lo que tenía que ocurrir: «Mira que eres cobarde», dijo mamá, tirando con rabia un trapo en el fregadero. Es curioso, no falla, cuando está enfadada siempre tiene que tirar algo.Una vez tiró incluso a Constitución. «Te apetece tan poco como a mí», añadió, cogiendo el trapo y agitándolo ante las narices de papá. «De todas maneras, ya está hecho», concluyó papá, lo cual es una frase de cobarde elevada a la máxima potencia.Yo sí que me alegro de que la abuelita no venga a vivir con nosotros. Aunque, en cuatrocientos metros cuadrados, no sería verdaderamente un problema. Y bueno, pienso que los viejos tienen derecho a un poco de respeto, al fin y al cabo. Y estar en una residencia de ancianos desde luego no es tenerles respeto. Cuando uno va a una residencia, quiere decir: «Estoy acabado/a, ya no soy nada, todo el mundo, yo incluido/a, no espera más que una cosa: la muerte, este triste final del tedio.»
No puede ser más dura con los adultos que le rodean, a pesar de que la abuela tampoco sea muy querida por ella, pero considera que el final de la vida que se proporciona a los mayores, de esa manera, es muy lamentable. Siguen sus reflexiones en ese sentido durante varias páginas, que son para analizarlas y comentarlas entre los lectores de la obra porque pueden dar lugar a un rico cambio de impresiones y opiniones.
Paloma no deja de opinar acerca de todo lo que le rodea. Siempre relacionado con lo que ve o vive.
Hoy he ido con mamá a las rebajas de Saint-Honoré. Un infierno. Había cola delante de alguna tiendas. Y supongo que os imagináis qué tipo de tiendas hay en la calle Saint-Honoré (pág. 141)
No descuida la descripción de las tiendas de la zona más privilegiada de París, lo que venden, cómo es, sus elevados precios, la denominación de ciertas prendas. Todo digno de ser tenido en cuenta para intercambiar opiniones o puntos de vista respecto al significado de salir de compras, de las características de las tiendas, etc., Podemos hacer la comparación entre lo que conocemos y lo que se muestran en la novela, para enriquecerse un poco más; además de comprender una realidad literaturizada, y compararla con la propia.
Algo parecido sucede con descripción que hace de la visita al psicoanalista ya da las razones por las que su madre le hace ir a verlo en consulta.
O, mientras observa la televisión, los interrogantes que se plantea ante las noticias de unos sucesos en la calle:Hoy mamá me ha llevado a su psicoanalista. Motivo: me escondo. Esto e lo que me ha dicho mamá: 'Mi vida, sabes muy bien que a todos nos tiene locos que te escondas así. Pienso que sería buena idea que vinieras conmigo a hablar de ello con el doctor Theid, sobre todo después de lo que nos dijiste el otro día'. (Pág. 133)
Al ver las imágenes [en la tele] me he preguntado: '¿qué puede llevar a un joven a quemar un coche?, ¿Qué será que le pasa por la cabeza para llegar a hacer algo así? (Pág. 169)
A lo largo de la novela, hay infinidad de apostillas dedicadas a mostrar las opiniones de Renée y Paloma acerca de su entorno, de lo que hacen o dicen los vecinos, de cómo se sienten al oírlo. En definitiva, del ambiente que les rodea y de ellas mismas.
En los últimos capítulos de la obra se producen una serie de giros que hacen evolucionar significativamente el relato hasta el final catártico que acontece. La defunción del crítico gastronómico Pierre Arthens, con la venta del piso de la cuarta planta donde él y su familia vivían y la llegada del rico y delicado japonés Kakuro Ozu dan un vuelco a la historia porque Kakuro, un hombre con sensibilidad, es capaz de ver y resaltar las capacidades, cualidades y valores de Paloma y de Renée que hasta entonces habían permanecido ocultas, además de impulsar y generar la corriente de confianza y de amistad, entre ellas y con el japonés, que no habían podido conseguir aflorar en su entorno habitual, anteriormente. En esta situación, el nuevo vecino, culto, delicado, atento a detalles, no solo saluda, sino que poco a poco intimida con la portera y va descubriendo sus saberes de buena lectora, de amante del cine, de la música, del arte, de la filosofía; que ha asimilado y asimila muy bien todas sus lecturas, audiciones o visionados que han estado a su alcance; que tiene buena memoria, que es capaz de relacionar, comparar, distinguir y elegir lo que más le sugiere o apetece. Además, puede comprobar que ambos coinciden en los gustos y en la selección de los títulos preferidos.
Hasta ahí, bien. Pero el japonés da un paso más; invita a la Sra. Michel, primero a cenar en su casa y posteriormente, le pide que le acompañe a un restaurante para celebrar juntos su cumpleaños. Esto ya supera las previsiones de Renée y es donde el impulso de su amiga Manuela cobra brío. Le procura vestidos adecuados, sesión de peluquería, cocina para el segundo evento unos exquisitos dulces para compartirlos con el anfitrión y ella, con mucha vergüenza, pero no exenta de ilusión, sigue los pasos que le dicta Manuela, que le orientan para triunfar en el difícil cometido de dar el salto de ser la 'cenicienta' a la reina del baile. Evidentemente, son inevitables las críticas de las 'madrastras' de la escalera. Todas aquellas vecinas insulsas respingadas y displicentes que siempre la han ninguneado y ven con estupor que ellas no son las elegidas y sí la más humilde de las sirvientas.
Esta circunstancia ayuda visibilizar el valor de cada cual y propicia el optimismo de las dos mujeres, por lo que se modifican sus sentimientos más íntimos, tienen una nueva perspectiva de lo que son y aprenden a valorarse de una forma nueva, a tener sentido de sororidad, a sentirse queridas, a querer vivir. Sentimientos que hasta entonces habían sido imposibles de cosechar. La situación de Paloma es aparentemente otra, es una niña de doce años, rica frente a la precariedad de la portera, acompañada, frente a la soledad de Renée, pero todo eso es aparente. Ella se siente ninguneada, sola, sin nadie que oiga sus gritos silenciosos de demanda de auxilio. Ahora, como Renée, participa gozosa del cambio significativo de entorno que y encuentra esa amistad nueva que da a la adolescente un nuevo ímpetu y deseos de vivir, que tanta falta le hace. Aspecto que, como se dice al principio de la novela era vital para la muchacha que quería finalizar sus días al cumplir los trece años, el 16 de junio de ese año. A pesar de este aparente final feliz que promete una vida próspera, las cosas no son tan fáciles y llega un imprevisto que tuercen los caminos, cuando empezaban a ser rectos...
El conjunto nos proporciona una radiografía de la sociedad actual, situada aquí en una escalera de una calle y de un edificio de París de clase media y acomodada, pero con una mirada universal; porque situaciones y personas como las que aparecen y se muestran, pueden ser, también de otras geografías con pequeñas variaciones, en entornos semejantes. El conjunto del relato es un tratado filosófico para principiantes -principiantes por su aparente sencillez y accesibilidad- que permite entrar con facilidad y divertimento en entornos de gran profundidad psicológica, social, ética y estética. Tiene la gracia de ser un relato sin edad de destinatario porque, jóvenes y adultos, hombres o mujeres, pueden sentirse identificados con lo que se cuenta, al verse representados en quien dice unas palabras correspondientes a un dictamen del entorno social; o bien, vea en ese espejo su propia imagen comentada, censurada, etc.
El texto tiene un cuidado léxico y abundantes citas culturales, la mayoría en boca de Renée, de literatura como: Flaubert, Balzac, Ronsard, Tolstoi. Obras como 'Ana Karenina', 'Guerra y Paz'. O de películas que dice amar, como 'Muerte en Venecia', 'El sabor del arroz con té verde', 'Las hermanas Munakata', 'Black Rain' o 'Blade Runner'. Citas a filósofos como Platón, Epicuro, Descartes, Spinoza, Kant, Hegel, Husserl, Freud, Darwin, entre otros; consideraciones a obras como el idealismo de Kant o a la fenomenología de Hegel. Conversan, Renée con Kakuro sobre pinturas de las Naturalezas muertas de Chardin, Pieter Claesz, Willem Claesz-Heda, Willem Kalk, Osias Beert. Miran una obra de Pieter Claesz. Comentan sobre Miguel Ángel. Señalan sus preferencia entre Vermeer o Caravaggio; entre la pintura holandesa o la pintura flamenca. Señalan las congruencias entre una obra Rafael, Rubens, Hopper. etc., etc. También se citan nombres de plantas y flores...
Aprovechando las cenas de Renée con Kakuro, nos enteramos del nombre de los contenidos de las bebidas y platos que saborean: sake, ramen, salsa de soja, zalu ramen (fideos fríos con salsa de cacahuete dulzona), raviolis, gyoza rellenos de cilantro, carne especiada, flan de azuki, té de jazmín, sushi, zanahoria dulce, sashimis, alosas, gobios, glotov (dulce alsaciano), magdalenas, tartaletas al whisky, puding, tejas de almendras.
Puede parecernos que, con este contenido, la novela puede abrumarnos, pero no. Podemos prescindir de los cultismos o de las citas de autoridad y seguir leyendo sin ninguna dificultad de comprensión, porque el conjunto ha sido escrito para acceder a múltiples lecturas, desde las más profundas, a las que solo pretenden hacernos sonreír, imaginar, observar a los personajes, su actuación y sus pensamientos. De todos o de los principales. Los secundarios, no los hemos tenido en cuenta sino sólo bajo la mirada de nuestras protagonistas, de los que ellas dicen mucho... y poco más.
La autora
Muriel Barbery |
I. Observar y comprender:
• Si antes no se ha tenido en cuenta, se recomienda conocer a la autora: su biografía y su obra literaria.
• Es importante hacer una aproximación al momento histórico de la escritura de la obra. Siglo XXI en Francia, época cercan. ¿En qué época histórica se inscribe la obra? En un trabajo que puede ser un proyecto conjunto con la materia de historia, pueden verse las características más destacadas.
• La lectura de la obra puede ser de interés para jóvenes de Bachillerato o estudiantes jóvenes o adultos de Francés como Lengua Extranjera de un nivel avanzado, porque pueden entender mejor a los personajes y valorar sus comportamientos.
• El drama permite observar el marco histórico desde una la perspectiva crítica. Se pueden ver las características de los personajes, las diferencias según cultura, manera de entender el mundo, estatus, etc.
• ¿Participa de la historia quién la narra o muestra lo que viven otros? ¿Quién da su punto de vista en el relato? ¿Hay un protagonista claro, un antagonista, o más?
• ¿Qué circunstancias rodean a Paloma, a Renée a Kakuro? ¿Evolucionan con el paso del tiempo? ¿Cómo es y se comporta cada uno? ¿Sus personalidades se van transformando? ¿Tienen una actuación honesta? ¿Qué otros personajes hay? ¿Qué valores o defectos se les puede adjudicar?
• ¿Qué papel tienen las mujeres de la obra? ¿En qué detalles nos fijamos para calificar su carácter, sus virtudes y sus defectos. ¿Pueden enumerarse? ¿Qué relación tienen con otros personajes?
• ¿En las versiones cinematográficas, tienen buena caracterización los personajes?
• Destaca otros personajes ¿Qué rasgos pueden ser significativos a su carácter? ¿Cómo se le pueden describir de forma sintética? ¿En la película tienen una buena representación?
II Relacionar y reflexionar.
- ¿Es realista el comienzo de la historia?
- ¿En la vida real, se producen circunstancias sociales y personales similares a las que se explican?
- ¿Qué juicio merecen los personajes de la historia?
- ¿El final es lógico, de acuerdo con desarrollo de los hechos?
- ¿Qué papel tienen las mujeres a lo largo del relato? ¿Qué valoración social merecen?
- ¿Qué valoración ética tiene la obra?
- ¿Qué conclusiones generales se pueden extraer?
III Aplicar.
La presentación de una versión cinematográfica servirá para motivar su visión y luego establecer un debate o fórum. Puede hacerse una breve alusión a: La dirección
- La dirección
- La interpretación
- Los personajes
- El espacio y el tiempo en que se presenta la ficción
- La fotografía
- La música.
Después de ver la película, pueden ser los espectadores quienes empiecen a opinar sobre lo que han visto.
Resumen de los elementos más importantes
- ¿Qué es lo que más les ha impactado?
- Importancia concedida a los aspectos estéticos: la imagen, la acción de los personajes
- ¿Qué papel juega la música en la película?
- ¿Qué emociones suscita la historia?
- ¿Qué valores se destacan?
- ¿Qué se denuncia?
- ¿Cómo se conectan a la película amor, humor y horror?
- ¿Se presenta una situación lógica?
- ¿Qué pretende mostrar la historia relatada?
- ¿La historia es optimista o pesimista?
IV Actividades específicas
Estos elementos sugieren una serie de actividades didácticas que permiten una mejor interpretación del mensaje. Pero, para proponer actividades específicas, estableceremos una cierta ordenación del proceso.
- Visión de la obra.
- Interpretar el significado de algunas secuencias y comentar lo que resulte más impactante.
- Identificar la época que se relata.
- Identificar del lugar geográfico en que se desarrollan los hechos.
- Evaluar de los elementos éticos de la historia.
- Elementos de la historia que invitan al desarrollo de la imaginación y la creatividad. ¿El espacio? ¿El tiempo? ¿La actuación de los personajes?
- ¿Qué aspectos de la historia motivan a una actuación emotiva de los personajes?
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- Completar con la palabra, el espacio en blanco (en francés): Texte a trous
- Para comprender mejor: Table de lecture 'L'élégance du hérisson' (Muriel Barbery)
- Carmen Pereira e Indira Rubio: El erizo Cine y transversales. Revista Comillas
Para saber más
- Muriel Barbery: L'élégance du hérisson pdf
- Muriel Barbery: La elegancia del erizo pdf
- Isabel M. García Conesa & Antonio D. Juan Rubio: La elegancia del erizo: Una invitación a vivir con ilusión. Centro Universitario de la defensa de S. Javier Pág. 599-609