miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL CARTERO DE NERUDA (ARDIENTE PACIENCIA) DE ANTONIO SKARMETA. PELÍCULA DIRIGIDA POR MICHAEL RADFORD

Conjunciones astrales nos llevan a  la reunión de una serie de recuerdos, celebraciones y efemérides que no podemos dejar pasar sin comentar. Antonio Skármeta ha sido el ganador del Premio Nacional de Literatura, 2014 (22/08/2014) en Chile. Posiblemente, después de Pablo Neruda (1904-1973) (del que también se conmemoran ciento diez años de su nacimiento y más de cuarenta de su muerte), de Isabel Allende y de Roberto Bolaño, Antonio Skármeta es el escritor chileno más conocido internacionalmente por las adaptaciones fílmicas que se han hecho de sus obras: El cartero de Neruda  (1994) (basada en Ardiente paciencia, escrita  en 1985), El baile de la Victoria publicada el año 2003 y con película del año 2010), No (2012), basada en su obra teatral inédita, El Plebiscito, y la que  está en marcha A movie life,  una adaptación de su novela Un padre de película (2010) y que dirige el brasileño Selton Mello. Además de la ópera El cartero de Neruda, protagonizada por Plácido Domingo.

Vamos a centrarnos en una de las novelas de Skármeta, Ardiente paciencia; como siempre a partir de la película, en este caso la llevada al cine por Radford, para relacionar el texto literario con el audiovisual. Cabe decir que, con variantes, se ha hecho del film un poema, un canto a la amistad, a la exaltación de la palabra, a su valor por su capacidad evocadora y transformadora de la realidad. A pesar de que comete infidelidades cronológicas y se permite algunas licencias. 

Título
The Postman (Il Postino)
El cartero (y Pablo Neruda)
Ficha técnica:
Dirección
País(es)
Año
Italia y Francia
1994
Producción
Mario Cecchi Gori
Vittorio Cecchi Gori
Guion
Adaptación de lanovela
Música
Fotografía
Montaje
Interpretación
                              Ver todos los créditos 
Género
Comedia dramática
Duración
108 min.

El cartero de Neruda (Il postino) fue dirigida por Michael Radford. Galardonada con más de 25 premios internacionales, incluyendo el Premio David di Donatello al mejor montaje (1994), Premios BAFTA a la mejor película de habla no inglesa, mejor dirección y mejor música (1995), Premio Cóndor de Plata a la mejor película extranjera y un Premio Óscar a la mejor banda sonora.


El escritor y protagonista Massimo Troisi pospuso una cirugía cardíaca para poder terminar la filmación. Sufrió un ataque cardíaco que le causó la muerte, apenas veinticuatro horas después de finalizar el rodaje, el 4 de junio de 1994.  Fallece en Ostia mientras dormía, víctima de una enfermedad cardíaca que sufría desde hacía tiempo.

El argumento 

El poeta chileno Pablo Neruda, llega exilado por razones políticas a una pequeña isla Italiana, en 1950. Le acompaña Matilde. En la isla vive Mario Ruoppolo, que no quiere ser un pescador como su padre. Busca otro trabajo y se le contrata como cartero temporal con un solo destinatario de correos, Neruda que se convierte en su único cliente. En bicicleta,  le lleva las cartas y los paquetes que recibe. El chico, con una escasa educación pero con inquietudes que no sabe explicarse y muy preocupado por el valor de las palabras, “quiere ser poeta”  se hace amigo de Neruda. En cada visita va descubriendo, poco a poco, la poesía  y  la visión política del poeta.

Entretanto, Mario se enamora de una bella joven, Beatrice Russo, que vive con su tía y trabaja en la taberna “Vino e Cuccina” que es el centro de encuentro y de tertulias del pueblo. El cartero es tímido y no sabe cómo acercarse a la muchacha para triunfar con ella; le faltan las palabras que puedan enamorarla y pide ayuda a Neruda. Mario que aprende lo que es un metáfora, le pregunta al poeta si las metáforas particulares que utiliza son adecuadas para sus poemas. Mario es capaz de comunicarse mejor con Beatrice y expresar su amor a través de la poesía. A pesar de que la tía de la chica desaprueba a Mario, por su poesía sensual (que resulta ser robada en gran parte de Neruda), Beatrice le responde favorablemente, también fascinada por la palabras que el chico le escribe.


Quieren casarse; van al cura del pueblo. El sacerdote veta a Neruda como amigo de Mario, debido a su ideología política, porque es comunista; Mario le dice que lo quiere como testigo de su boda y a pesar de los impedimentos iniciales, pronto se convence de que sus recelos no tienen sentido y se celebra el casamiento tal y como Mario había querido. Durante la fiesta, Neruda recibe la noticia de que se suspende la orden de arresto contra él en Chile, por lo que puede regresar a Chile. Se va de italia. Mario que lo añora, le escribe una carta, pero no le responde. Posteriormente, recibe una carta suya aunque es de su secretaria, que le pide que le facture las pertenencias de Neruda a Chile. Con un viejo fonógrafo que tenía el autor y se había quedado allí, Mario escucha nuevamente la canción que oyó por primera vez cuando conoció a Neruda. Conmovido por la música y recordando algunas de las lecciones del maestro, hace las grabaciones de todos los hermosos sonidos de la isla en una cinta que incluye el latido del corazón de su hijo, que va nacer pronto.

Varios años más tarde, Neruda vuelve a la isla y se encuentra con Beatrice y su hijo, Pablito (el nombre que han puesto al niño en honor a Neruda) en la misma posada antigua. Beatrice le explica que Mario había muerto antes de que naciera el niño. Tenían programado que recitara en Nápoles un poema que había compuesto para una reunión comunista. La manifestación previa fue disuelta violentamente por la policía, y Mario muere por disparos de la policía. Ella le da las grabaciones de la aldea, que Mario había hecho para el poeta y nunca pudo llegar a enviarlas.

Aspectos formales

Es un relato lineal que abarca unos dos años desde 1950, en la isla. En ese tiempo y lugar, se muestran aspectos biográficos de Pablo Neruda combinados con la amistad de un personaje antitético, por formación y cultura, Mario, que permite un proceso didáctico socrático y peripatético para acercarnos a la creación poética, a la poesía y a la poesía del autor. Todo ello relacionado con dos temas, el amoroso y el político de acuerdo con la visión del mundo de Neruda.

Narración dialogada en la que tiene un papel preeminente la expresividad de los locutores, que se aprecia por la abundancia de los planos cortos y primeros planos, combinados con planos generales que muestran los aspectos descriptivos del lugar y permiten contextualizar los temas dialogados por parte del espectador. 

La película es una excelente metáfora de lo que es la amistad, el aprendizaje, la fidelidad, el enamoramiento, etc. Con unas imágenes y una envolvente banda sonora ganadora de un Óscar (compuesta por Luis Enriquez Bacalov) que nos llevan al fin sin sentir, y lamentando que llegue.
      
Los personajes

Mario Ruoppolo: El cartero. Aunque no es el protagonista,  es el que guía el desarrollo de la historia. Joven idealista y romántico  que  aspira a  marcharse  de la isla o a trabajar en cualquier cosa que no sea la pesca. Le ilusionan los lugares lejanos y el cine, porque le transporta a lo desconocido.   
Consigue el puesto de cartero, de un único destinatario, Neruda, y eso le transformará la vida. Al enterarse que es el famoso poeta, “poeta del amor y aclamado por las mujeres” según había visto en un noticiario del cine, desea absorber todo lo que imagina que sabe y aprender las palabras que dice porque con ellas podrá enamorar a las mujeres. Su lenguaje parco y sus formas primitivas iniciales, evolucionan a lo largo del relato. Es un gran lector y copia del poeta, para adquirir vocabulario, que saborea en cada palabra nueva, y quiere que las palabras que dice tengan sentido para él. Progresa como persona y como miembro de una sociedad crítica; poco a poco es capaz de analizar y juzgar su entorno; reconocer lo bueno y lucha para mejorar la situación precaria en la que viven (la falta de agua, la compra de la pesca a precios más bajos de lo que merecen, etc.) Igualmente aprende del poeta a distinguir la belleza del entorno y a valorarla. Su enamoramiento de Beatrice hace que ahonde en la poesía para seducirla con bellas palabras, que consigue fácilmente. Al final, es capaz de percibir y grabar los sonidos  bellos de la isla (del mar, del aire, de las campanas, etc.). Todo ello supone un desarrollo positivo, muy remarcable, del que ha sido fundamental la influencia de Pablo Neruda, de su ideología y su poesía de la que se embebe; durante sus conversaciones y en sus momentos de reflexión. Por tanto es un personaje redondo. La interpretación de Massimo Troisi es memorable, además de ser la última de su vida,  hecha con una salud muy precaria. Murió a los pocos días de finalizar el rodaje.  

Pablo Neruda: Es el protagonista. Está exiliado  en la isla italiana con Matilde. El papel que tiene en la película es menos amable que el de la novela. Es, inicialmente, distante. Para ser el poeta del pueblo, a Mario le cuesta conseguir su atención aunque poco a poco la consiga.  

Es un hombre culto, fino y elegante. Hombre contemplativo y con un pensamiento complejo, que expresa con gran belleza, con lenguaje poético, lo más sencillo y próximo, incluso cuando trata de describir elementos cotidianos. Tiene añoranza de su pueblo chileno en el exilio que está sufriendo. Su consuelo es Matilde, de la que está muy enamorado, y a la que expresa su amor por medio de palabras y gestos, que embelesan a Mario, cuando los ve y oye, de forma infraganti. Poco a poco se convierte en el maestro de Mario. Con su marcha, el chico tiene la sensación de quedarse verdaderamente huérfano. No es la misma percepción la del poeta, porque no le escribe y, cuando lo hace, es para pedirle sus pertenencias, que había dejado en la casa; y lo hace por un escrito de su secretaria. Vuelve al pueblo años más tarde cuando Mario ya ha muerto por un disparo en una manifestación en la que había participado. La actuación interpretativa de Philippe Noiret es muy buena. 

Beatrice Russo: Es la sobrina de la tabernera. Bella y de pocas palabras. Admirada por todos los que van al bar, porque irradia sensualidad. Vive con su tía,  en una casa sobre el negocio y trabajaba allí. 

Se enamora de Mario por el poema plagiado de Neruda que le escribe para expresarle su amor, lo que inquieta a la tía porque intuye la fuerza de la palabra poética amorosa. Se casa con Mario, ha de colaborar en los trabajos de la taberna; porque después de la marcha de Neruda y se queda sin su trabajo temporal en el correo. Su nombre, Beatrice, simboliza  los amores imposibles, eternos, únicos


Doña Rosa: Mujer con un papel corto pero muy efectivo. Sencilla, ruda, primaria. Tía y tutora de la chica que, desde su situación de una mujer de pueblo de escasa cultura, tiene una inteligencia y percepción de la realidad clara y certera. Pone al propio poeta en un brete al pedir que le explique todas las metáforas descubiertas en los poemas que su sobrina, que guarda embelesada y sin capacidad para volver a la realidad. Encauza rápidamente a situación haciendo que se clarifique la postura del pretendiente.    

Jefe de Correos.  Inicialmente hosco, aunque claro. Enseña al Mario todo aquello que formalmente, le ayudará a ser un buen cartero frente a Neruda.  Enseguida  es el cómplice de todas las ilusiones del chico.  Es comunista, admirador de Neruda, del que se interesa con frecuencia, por las preguntas que le hace a Mario.  Su actuación es breve, pero en momentos clave y de gran interés.

Jefe Político: Arquetipo de político de derechas. Traje y corbata, lenguaje fino, elegante, educado, complejo, falaz. Llega al pueblo con la promesa de solucionar los problemas del agua, de trabajo, de escasez que les afecta, y alimenta expectativas falsas. Con sus discursos intenta aprovecharse de la situación, abusando de la buena fe de los que creen en él. Rebaja el pescado al pescador, acuerdo con la tía de Beatrice para que alimente a los obreros que realizarán  el trabajo para traer el agua potable a bajo precio, etc.

La música

Es de Luis Enríquez Bacalov (AKA Luis Enrique Bacalov). Tuvo 5 nominaciones para el Óscar de 1995, por ser considerada la mejor banda sonora original del drama. Es de una belleza envolvente que realza el espacio visual sin que apenas se perciba.  

Cabe destacar como un rasgo significativo y distintivo el tango interpretado por por Carlos Gardel Madreselva”, (1931) que se va repitiendo  en tres ocasiones, de modo nostálgico. Era el tango preferido del poeta. Se oye cuando le llega la grabación de sus amigos en Chile, como música de fondo. Le explican que el poemario Canto general se vende de forma clandestina, lo que le alegra, aunque sienta la distancia de sus amigos, de sus primeras confesiones, como dice el tango, de las calles que lo vieron crecer, corre, saltar, y construir sus primeros poemas en el nuevo Chile.
Por segunda vez, Matilde le invita a bailarlo junto a ella, como metáfora del amor.  Podían bailar, amar, vivir, aunque estuvieran lejos del lugar que amaban  y el mundo se viniera abajo.
La tercera vez se oye cuando Mario va a casa de Neruda y recuerda, a través de la música, al poeta y sus consejos en forma de metáfora; la emoción que le brindaban, y la ayuda que supusieron para hablar de “la risa de mariposa de Beatrice” y con ello, el encuentro de su amor. 

El tango evoca  la "vieja pared del arrabal" las "madreselvas en flor que me vieron nacer", que trasmiten una nostalgia referida al tiempo, a la infancia perdida, al pasado. En el contexto de la película  parece aludir a la nostalgia  del lugar lejano: del barrio y por extensión de la patria. Aunque  este significado  no fuera el  inicial,  pero se deduce por el contexto de la película . 

Semejanzas y diferencias entre la película y la novela

La novela de Skármeta podría considerarse como el relato de un fragmento de la vida de Pablo Neruda tratado como ficción, pero atendiendo a los elementos realistas del contexto del poeta en sus últimos años, ahora 1969-1973. Desarrolla todo aquello que permite ver que no se trata de una fría biografía sino de una cálida evocación de un momento vivido por él, que corresponde a una excelente persona y a un magnífico poeta, capaz de intentar desmitificar de la poesía todo aquello que, por parecer difícil,  pueda alejarla de las personas sencillas. La poesía no es un lujo, ni es propiedad del poeta, es de quién la necesita, según palabras del propio cartero, para justificarse del plagio al maestro para enamorar a Beatriz (en la novela)

La novela es un maravilloso entramado de prosa poética, narrativa, descriptiva y dialogada y de versos, o sugerencias que inspiran a generarlos, del poeta. Es un ejercicio didáctico que estimula para que hasta el más lerdo se sienta impulsado y capacitado para escribir sus propios versos cuando tenga motivación para hacerlo. Todo ello, relacionado y favorecido por las circunstancias amorosas que rodean a los protagonistas y un paisaje paradisíaco que insufla palabras que permitan nombrarlo y señalar sus cualidades.  

La novela y la película tienen diferencias sustanciales, pero se ha de observar su desarrollo meticulosamente porque pueden no percibirse a simple vista. Hay  un cambio del  tiempo  y de los escenarios en los que transcurre el relato, aunque el clima que respiran ambas versiones sea análogo, por la fidelidad a  las características de los personajes y por lo que va ocurriendo entre ellos en su desarrollo, y a pesar que los finales también difieran.  

La novela se desarrolla totalmente en Chile, en la isla Negra hacia los años (1969- 1973), poco antes de la muerte del poeta. 
La película contiene el tiempo de principios de los años 1950 cuando Pablo Neruda es desterrado de Chile y permanece en Europa. El relato en la película ocurre en Capri, aunque no lo dice expresamente, pero se puede comprobar en las memorias del poeta de Confieso que he vivido (1974) dónde sí explica la situación del momento y precisa las causas: 

"LOS VERSOS DEL CAPITÁN" (Confieso que he vivido PÁG. 96-97)
De rumbo en rumbo, en estas andanzas de desterrado, llegué aun país que no conocía entonces y que aprendí a amar intensa mente: Italia.En ese país todo me pareció fabuloso. Especialmente la simplicidad italiana: el aceite, el pan y el vino de la naturalidad. Hasta aquella policía... Aquella policía que nunca me maltrató, pero que me persiguió incansablemente. Era una policía que encontré en todas partes, hasta en el sueño y en la sopa.
Me invitaron los escritores a leer mis versos. Los leí de buena fe por todas partes, en universidades, en anfiteatros, a los portuarios de Génova, en Florencia, en el Palacio de La Lana, en Turín, en Venecia.
Leía con infinito placer ante salas desbordantes. Alguien junto a mí repetía luego la estrofa en italiano supremo, y me gustaba oír mis versos con ese resplandor que les añadía la lengua magnífica. Pero a la policía no le gustaba tanto. En castellano, pase pero la versión italiana tenía puntos y puntillos. Las alabanzas a la paz, palabra que ya estaba proscrita por los "occidentales", y más aún la dirección de mi poesía hacia las luchas populares, resultaban peligrosas.
Los municipios habían sido ganados en elecciones por los partidos populares y de ese modo me recibieron en los cabildos egregios como visitante de honor. Muchas veces me designaron ilustre de la ciudad. Soy ciudadano ilustre de Milán, Florencia y Génova. Antes o después de mi recital los consejeros me imponían su distinción. En el salón se reunían notables ciudadanos, aristócratas y obispos. Se tomaba una pequeña copa de champaña que yo agradecía en nombre de mi patria lejana. Entre abrazos y besamanos bajaba finalmente las escalinatas de los palacios municipales. En la calle me esperaba la policía, que no me dejaba a sol ni a sombra.
Lo de Venecia fue cinematográfico. Di mi acostumbrado recital en el aula. Fui otra vez nombrado ciudadano de honor. Pero la policía quería que me fuera de la ciudad donde nació y sufrió Desdémona. Los agentes se apostaron noche y día en las puertas del hotel.
Mi viejo amigo Vittorio Vidale, "el comandante Carlos", vino desde Trieste a oír mis versos. Me acompañó también en el infinito placer de recorrer los canales y ver pasar desde la góndola los cenicientos palacios. En cuanto a la policía, me asedió mucho más. Andaban directamente detrás de nosotros, a dos metros de distancia. Entonces decidí fugarme, tal como Casanova, de. una Venecia que quería emparedarme. Salimos disparados en carrera, junto con Vittorio Vidale y el escritor costarricense Joaquín Gutiérrez, que se encontraba allí por azar. En pos nuestro se lanzaron los dos policías venecianos. Rápidamente logramos embarcarnos en la única góndola motorizada de Venecia, la del alcalde comunista. La góndola del poder municipal surcó velozmente las aguas del canal, en tanto el otro poder corría como un gamo en busca de otra barca. La que tomaron era una de las muchas románticas embarcaciones a remo, pintada de negro y con adornos de oro, que usan los enamorados en Venecia. Nos siguió a lo lejos y sin esperanza, como un pato puede perseguir a un delfín marino.
Toda aquella persecución se precipitó una mañana en Nápoles. La policía llegó al hotel, no muy temprano, ya que en Nápoles nadie trabaja temprano, ni la policía. Pretextaron un error de pasaporte y me rogaron que los acompañara a la prefectura. Allí me ofrecieron café "expreso" y me notificaron que debía abandonar el territorio italiano ese mismo día.
Mi amor por Italia no servía de nada.
—Se trata sin duda de una equivocación —les dije.
—Nada de eso. Lo estimamos mucho, pero tiene que irse del país.
Y luego, de una manera indirecta, en forma oblicua, me informaron que era la embajada de Chile la que solicitaba mi expulsión El tren salía en la tarde. En la estación ya estaban mis amigos en misión de despedida. Besos. Flores. Gritos. Paolo Ricci. Los Alicatta. Tantos otros. A rivederci. Adiós. Adiós.
Durante mi viaje ferroviario, que lo era a Roma, los policías que me custodiaban derrocharon gentileza. Subían y acomodaban mis valijas. Me compraban L'Unitá y el Paese Sera, de ningún modo la prensa de derecha. Me pedían autógrafos, algunos para ellos mismos y otros para sus familiares. Nunca he visto una policía más fina:
—Lo sentimos, Eccellenza. Somos pobres padres de familia. Tenemos que obedecer órdenes. Es odioso...
Ya en la estación de Roma, donde tenía que descender a cambiar de tren para continuar mi viaje a la frontera, divisé desde mi ventanilla una gran multitud. Oí gritos. Observé movimientos confusos y violentos.
Grandes brazadas de flores caminaban hacia el tren levantadas sobre un río de cabezas.
—Pablo! Pablo!
Al bajar los estribos del vagón, elegantemente custodiado, fui de inmediato el centro de una prodigiosa batalla. Escritores y escritoras, periodistas, diputados, tal vez cerca de mil personas me arrebataron en unos cuantos segundos de las manos policiales. La policía avanzó a su vez y me rescató de los brazos de mis amigos. Distinguí en aquellos dramáticos momentos algunas caras famosas. Alberto Moravia y su mujer Elsa Morante, novelista como él. El famoso pintor Renato Guttuso. Otros poetas. Otros pintores. Carlo Levi, el célebre autor de Cristo se detuvo en Eboli, me alargaba un ramo de rosas. A todo esto las flores caían al suelo, volaban sombreros y paraguas, sonaban puñetazos como explosiones. La policía llevaba la peor parte y fui recuperado otra vez por mis amigos. En la refriega pude ver a la muy dulce Elsa Morante que golpeaba con su sombrilla de seda la cabeza de un policía. De pronto pasaban los carritos que llevaban y traían equipajes y vi a uno de los changadores, un lacchino corpulento, descargar un garrotazo sobre las espaldas de la fuerza pública. Eran adhesiones del pueblo romano. Tan intrincada se puso la contienda que los policías me dijeron en un aparte:
—Hábleles a sus amigos. Dígales que se calmen...
La multitud gritaba:
—Neruda se queda en Roma! Neruda no se  no se va de Italia! Que se quede el poeta! Que se quede el chileno! Que se vaya el austriaco!
(El "austriaco" era De Gasperi, primer ministro de Italia.) Al cabo de media hora de pugilato llegó una orden superior por medio de la cual se me concedía el permiso de permanecer en Italia. Mis amigos me abrazaron y me besaron y yo me alejé de aquella estación pisando con pena las flores desbaratadas por la batalla.
Amanecí al día siguiente en la casa de un senador, con fuero parlamentario, donde me había llevado el pintor Renato Guttuso, que todavía no se fiaba de la palabra gubernamental. Ahí me llegó un telegrama de la isla de Capri. Lo firmaba el ilustre historiador Erwin Cerio, a quien no conocía personalmente. Se manifestaba indignado ante lo que él consideraba un ultraje, un desacato a la tradición y a la cultura italianas. Concluía ofreciéndome una villa, en el propio Capri, para que yo la habitara.
Todo parecía un sueño. Y cuando llegué a Capri, en compañía de Matilde Urrutia, de Matilde, la sensación irreal de los sueños se hizo más grande.
Llegamos de noche y en invierno a la isla maravillosa. En la sombra se alzaba la costa, blanquecina y altísima, desconocida y callada. Qué pasaría? Qué nos pasaría? Un cochecito de caballos nos esperaba. Subió y subió el cochecito por las desiertas calles nocturnas. Por fin se detuvo. El cochero depositó nuestras valijas en aquella casa, también blanca y al parecer vacía.
Al entrar vimos arder el fuego de la gran chimenea. A la luz de los candelabros encendidos había un hombre alto, de pelo, barba y traje blancos. Era don Erwin Cerio, propietario de medio Capri, historiador y naturalista. En la penumbra se alzaba como la imagen del taita Dios de los cuentos infantiles.
Tenía casi noventa años y era el hombre más ilustre de la isla.
—Disponga usted de esta casa. Aquí estará tranquilo.
Y se fue por muchos días, durante los cuales, por delicadeza, no nos visitaba, sino que mandaba pequeños mensajes con noticias o consejos, exquisitamente caligrafiados y con alguna hoja o flor de su jardín. Erwin Cerio representó para nosotros el ancho, generoso y perfumado corazón de Italia.
Después conocí sus trabajos, sus libros más verdaderos que los de Axel Munthe, aunque no tan famosos. El noble viejo Cerio repetía con picaresco humor:
—La obra maestra de Dios es la plaza de Capri.
Matilde y yo nos recluíamos en nuestro amor. Hacíamos largas caminatas por Anacapri. La pequeña isla dividida en mil pequeños huertos tiene un esplendor natural demasiado comentado pero tiránicamente verídico. Entre las rocas, donde más asolan el sol y el viento, por la tierra seca, estallan plantas y flores diminutas, crecidas exactamente en una gran composición de jardinería. Este Capri recóndito, al que uno entra sólo después de largo peregrinaje y cuando ya la etiqueta de turista se le ha caído de la ropa, este Capri popular de rocas y minúsculas viñas, de gente modesta, trabajadora, esencial, tiene un encanto absorbente. Ya uno está consubstanciado con las cosas y la gente; ya a uno lo conocen los cocheros y las pescadoras; ya uno forma parte del Capri oculto y pobre; y uno sabe dónde está el buen vino barato y dónde comprar las aceitunas que comen los de Capri.

Hay situaciones de uno y otro texto que pueden confundir y vale la pena comentarlas. Algunas concreciones de la novela se hacen imposibles al producirse cambios de temporalidad en la película, por la cronología de los hechos reales ocurridos a los que se refieren, a pesar de que las conversaciones sostenidas por los personajes, sean idénticas. Un detalle, en la película hablan de un libro que todavía no está publicado en el momento que lo comentan y perece que Mario lo tiene (Odas elementales, 1954) y de acuerdo a la cronología, Neruda se fue de Capri en 1952, dos años antes de esta publicación.  

-¿Qué te pasa?
-¿Don Pablo?
-Te quedas ahí parado como un poste.
Mario torció el cuello y buscó los ojos del poeta desde abajo: -¿Clavado como una lanza?
-No, quieto como torre de ajedrez.
-¿Más tranquilo que gato de porcelana?
Neruda soltó la manilla del portón, y se acarició la barbilla.
-Mario Jiménez, aparte de Odas elementales tengo libros mucho mejores.´


En la película, Neruda recibe un telegrama de Suecia, con indicación de que participa entre los presentados al Premio Nobel de Literatura. Eso no era posible porque estamos, como mucho en 1952,  su candidatura se presentó por primera vez en 1963 y se le concedió el 21 de octubre de 1971.  En la novela, se precisa con exactitud el momento en el que recibió el Premio, del que podemos leer su discurso (pronunciado el 12 de diciembre de 1971)  y del que entresacamos el fragmento que incluye la esperanzada cita de otro poeta, Arthur Rimbaud (1854-1891),  que da título a la novela de Skarmeta:

 "Yo escogí el difícil camino de una responsabilidad compartida y, antes de reiterar la adoración hacia el individuo como sol central del sistema, preferí entregar con humildad mi servicio a un considerable ejército que a trechos puede equivocarse, pero que camina sin descanso y avanza cada día enfrentándose tanto a los anacrónicos recalcitrantes como a los infatuados impacientes. Porque creo que mis deberes de poeta no sólo me indicaban la fraternidad con la rosa y la simetría, con el exaltado amor y con la nostalgia infinita, sino también con las ásperas tareas humanas que incorporé a mi poesía.
    Hace hoy cien años exactos, un pobre y espléndido poeta, el más atroz de los desesperados, escribió esta profecía: A l’aurore, armés d’une ardente patience, nous entrerons aux splendides Villes. (Al amanecer, armados de una ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades.)
    Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el más abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre. No perdí jamás la esperanza. Por eso tal vez he llegado hasta aquí con mi poesía, y también con mi bandera.
    En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres".

En la novela se señala  que Neruda se presenta a las elecciones de presidente de Chile por la Unión Popular (integrada por el los partidos Socialista, Comunista, Radical, MAPU y Acción Popular Independiente).  En realidad, Neruda participó en los comicios cuatro veces, desde 1952;  en 1969, y finalmente. a pesar de ser seleccionado como candidato, eligieron como candidato único a Salvador Allende, que fue ganador de las elecciones el 4 de septiembre de 1970, Neruda,  fue destinado como embajador a París.

Tampoco señala la película las penalidades de Salvador Allende, sufridas por el acoso al que fue sometido su gobierno y él, como  presidente, hasta su final, y muerte -sus detractores dicen que Allende se suicidó, pero hay serias hipótesis para señalar que su muerte fue por homicidio- en el Palacio de la Moneda de Santiago, durante golpe de estado del día 11 de septiembre de 1973. La novela recoge este final, aunque se centre más en el entorno de Neruda y de su enfermedad, por la que muere -también se cree que envenenado- unos días más tarde, el 23 de septiembre. 

En la película, al tratar de los años cincuenta, el final cambia. Mario es el que cae abatido en una manifestación. Se habla de unos comicios y de la voluntad de Mario por votar el partido Comunista que era al que pertenecía Neruda; de la pérdida de las elecciones por parte de la oposición, y poco más.  

Se producen diferencias  con el parentesco de Beatriz; quien es la madre, Dña. Rosa,  en la novela, se convierte en su tía, en la película. La señora se comporta de una forma más ruda en la película que lo que se deduce de la novela, que parece más culta -señala que en  conoce a Neruda y lo ha leído de jovencita-.

También, ambos formatos difieren al presentar la relación de Neruda con Mario.  Cuando en la novela se va a París su carta a Mario es mucho más entrañable, que la fría que recibe en la película al volver a Chile, con un Mario más dependiente, respecto al poeta, y poca correspondencia de Neruda,  hacia el que dice ser su amigo  

En cambio, no se produce conflicto cuando le recita a Mario la Oda al mar porque aunque no la hubiera publicado, puede estar trabajando en ella como una de las que forman parte de las Odas elementales. La secuencia es de gran belleza y sentido didáctico porque permite hacer notar las sensaciones que se perciben ante unas palabras que nos conmocionan.  
Hay una excelente transposición de todo cuánto la novela hace referencia a las conversaciones entre el poeta y Mario, con sus aproximaciones a la poesía  o Beatriz con su madre en el momento que la chica se enamora del cartero. Con diálogos casi calcados a los de la novela. 

Pablo Neruda 

Pablo Neruda, es el pseudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto. Nació en Parral,  el 12 de julio de 1904 y murió en Santiago, el  23 de septiembre de 1973), fue un poeta chileno, considerado entre los mejores y más influyentes artistas de su siglo; «el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma», según Gabriel García Márquez.1 Entre los  reconocimientos que tuvo, destacan el Premio Nobel de Literatura en 1971 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford. «Ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él», ha escrito el crítico literario Harold Bloom,2 quien lo considera uno de los veintiséis autores centrales del canon de la literatura occidental de todos los tiempos. Además, fue un destacado activista político, senador, miembro del Comité Central del Partido Comunista, precandidato a la presidencia de su país y embajador en Francia. (seguir leyendo)


Sugerencias didácticas
  • En el post tenemos la obra literaria, la cinematográfica y el audiolibro para  captar el sentido de las palabras de Neruda matizadas por el autor Skármeta o director Radfor. Suenan igual. ¿Qué forma es más atractiva?
  • ¿Qué características tienen los personajes que aparecen? ¿Con qué adjetivos podemos mostrar sus cualidades o defectos?
  • ¿Con quién me identifico más? ¿Por qué?
  • Los relatos se complementan bien;  ambos generan en el lector o espectador una sensibilidad poética semejante porque, leyendo las palabras de Skármeta en la novela o oyendo las palabras que con tanta exquisitez pronuncian los intérpretes de los personajes, nos acercan a la obra de Neruda de forma aparentemente sencilla. Podemos leer las Odas elementales e intentar plagiar la forma del autor con aquella que su musicalidad nos atrape para crear otra, respetando los aspectos formales, pero cambiando el sentido de sus palabras.  Se puede dirigir a algo o a alguien concreto que nos inspire lo suficiente para crear un poema.  
  • ¿Qué obra de Neruda lee Mario en la película? ¿Y en la novela? ¿Porqué no pueden leer el mismo libro de poemas? 
  • ¿En qué año dan el Premio Nobel de Literatura a Pablo Neruda? Se corresponde con las fechas de la película? 
  • Tanto en la película como en la novela hay varias referencias literarias de autores que impresionan mucho a Mario. Se habla de Dante Alighieri,  y de Gabriel D'annunzio ¿por que, se les cita? 
  • ¿Qué justificación tiene el nombre "Ardiente paciencia "del subtítulo?

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SKÁRMETA, Antonio (1985) El cartero de Neruda pdf 

El cartero de Neruda  (Película completa)

NERUDA, Pablo (1954) Odas elementales Pablo Neruda (1974)  Confieso que he vivido Memorias. Seix Barral Barcelona 
ALONSO, Marina; MORA, Rosario; GARCÍA, María José; LUCAS, María José Las odas elementales de Pablo Neruda en Revista CAUCE. Núm. 1
MARTÍNEZ Ollé, Josep:  Análisis didáctico de El cartero de Neruda, relación entre la novela u la película (Making Of)
PINTO, Rffaele: Caso de estudio. La poética de Pablo Neruda
PRESENTACIÓN DE LA PELÍCULA EL CARTERO DE NERUDA (IL POSTINO)

Pablo Neruda:   sugerencias didácticas